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Una huelga de enfermeros agrava el invierno del descontento en el Reino Unido

  • La sanidad británica sufre su mayor paro

  • El sector alerta de un "periodo más largo de acciones" si el Ejecutivo no eleva la subida salarial

Enfermeras protestan en las puertas del hospital St.Thomas, en Londres.

Enfermeras protestan en las puertas del hospital St.Thomas, en Londres. / Andy Rain (Efe)

La mayor huelga de enfermeros que ha vivido la sanidad del Reino Unido se sumó este jueves a una oleada de paros en diciembre que ha avivado la memoria del histórico invierno del descontento de finales de la década de 1970, cuando protestas generalizadas paralizaron amplios sectores de la economía británica.

Conductores de ambulancias, trabajadores ferroviarios, carteros, agentes de fronteras, portadores de maletas y agentes de seguridad del Eurostar, entre otros sectores profesionales, han programado huelgas antes y durante las navidades.

El Ejecutivo conservador, que comenzó a tramitar en octubre una ley que le permita establecer servicios mínimos en el transporte -para la cual asegura que tomará ejemplo de países como España y Francia-, prevé ahora modificar el texto y "ampliar su alance".

Mejora salarial del 19%

El Real Colegio de Enfermería británico (RCN, en inglés), sindicato que representa a un colectivo en el que cerca del 90% son mujeres, exige una subida salarial del 19% en respuesta no sólo al aumento de la inflación de los últimos meses sino a lo que considera una pérdida de poder adquisitivo durante la última década.

El sindicato reclama un incremento de un 5% por encima del Índice de Precios al Consumo Minorista (RPI, en inglés), que suele guiar las negociaciones colectivas y que en noviembre alcanzó el 14%.

Pat Cullen, secretaria general del RCN, se reunió esta semana sin alcanzar un acuerdo con el ministro británico de Sanidad, Steve Barclay, que ha cerrado la puerta a nuevas mejoras salariales.

Un portavoz de Downing Street, el despacho oficial del primer ministro, Rishi Sunak, recalcó este jueves que "no hay planes" para revisar la postura del Gobierno, que contempla elevar un 4,75% los sueldos del sector, tal como recomendó en julio el órgano independiente que evalúa la escala salarial del sistema sanitario.

La protesta de los enfermeros, que volverá a repetirse el día 20, ha obligado a cancelar más de 70.000 visitas médicas y cirugías en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, según los datos del Ejecutivo.

Las urgencias se mantienen con un nivel de personal similar al de una jornada festiva y continúan activas unidades como diálisis, neonatales y cuidados intensivos, según ha comunicado el RCN.

Si no cambia la postura del Ejecutivo, alertó la secretaria general del sindicato, las huelgas de ésta y la próxima semana pueden ser "el principio de un periodo más largo de acciones".

Grupos de manifestantes se concentraron este jueves frente a hospitales y centros de salud desde primera hora de la mañana, cuando en gran parte del Reino Unido los termómetros marcaban varios grados bajo cero.

"Estudiamos durante al menos tres años y luego continuamos estudiando tras graduarnos. Todas nosotras ponemos mucho trabajo, todas trabajamos horas extraordinarias, sin cobrar. Creo que deberíamos recibir un salario justo por lo que hacemos", afirmó a EFE frente al hospital St Thomas de Londres Clare Cremin, enfermera con 16 años de experiencia.

Regular los servicios mínimos

Desde el pasado verano, el Gobierno se enfrenta a reiteradas huelgas, avivadas por la inflación disparada durante este año.

Más de 40.000 trabajadores de 14 compañías y el operador de vías Network Rail han paralizado el transporte ferroviario en gran parte del país durante numerosas jornadas en los últimos meses.

Esta semana, detuvieron su actividad el martes y el miércoles, y volverán a hacerlo el viernes y el sábado, así como los días 3, 4, 6 y 7 de enero.

Ante esos paros generalizados, el Gobierno presentó a finales de octubre en el Parlamento una ley para regular los servicios mínimos en ese sector.

"La ley allana el camino para introducir servicios mínimos en el transporte, de manera similar a lo que ya se ven en otros países, incluidos Francia y España", describió entonces el Ejecutivo, cuyo objetivo era que los trenes, el metro y los autobuses "no queden cerrados por completo" durante las huelgas.

Ahora, la tramitación de esa legislación se ha paralizado mientras el Gobierno revisa el texto: "Hemos puesto en pausa la ley mientras estudiamos agregar medidas adicionales para ampliar su alcance", afirmó este jueves un portavoz de Downing Street.

Mientras que los medios británicos especulan con la posibilidad de que una nueva versión de la ley incluya a los trabajadores de servicios de emergencias, ese portavoz aseguró que todavía "no se ha establecido exactamente el alcance" del futuro texto.

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