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Los irreductibles de Israel

  • Miles de judíos ultraortodoxos protestan por la posibilidad de que el Gobierno elimine la exención del servicio militar obligatorio ante la presión de los grupos nacionalistas

Miles de judíos ultraortodoxos se manifestaron el lunes en Jerusalén contra la posibilidad de que el Gobierno israelí ponga fin a su histórica exención del servicio militar obligatorio, a través de un proyecto de reclutamiento universal que debate el Ejecutivo.

La concentración, que fue convocada por el grupo ultraortodoxo antisionista Eda Haredit, congregó a más de 5.000 religiosos varones en la plaza Shabat del barrio de Mea Sharim. Entre los asistentes había más de un centenar de niños con el pelo ensortijado en tirabuzones, chalecos y levitas negras sobre camisas blancas, al igual que sus padres, y las manos esposadas entre ellos en señal de protesta.

"Ayúdanos para que no caigamos cuando seamos mayores en las garras de la aniquilación del servicio militar", rezaban los carteles en hebreo que portaron los pequeños, agrupados en disciplinadas filas mientras rezaban contra las intenciones del Ejecutivo.

"Su objetivo es claro: quieren separarnos de la fe", proclamaba otra pancarta que sostenía Yosef, un joven de 18 años, que consideró "terrible" la ley que prepara el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Este religioso, que será llamado a filas en caso de que se apruebe el reclutamiento universal en las próximas semanas, aseguró que se irá del país antes que "perder" en el Ejército "todo el tiempo" que necesita para estudiar la Torá (el antiguo testamento bíblico).

Los ultraortodoxos han eludido hasta ahora la obligación de realizar el servicio militar (tres años para los hombres y dos para las mujeres) con el argumento de que necesitan todo el día para estudiar los libros sagrados en una escuela religiosa y el servir en el Ejército les quitaría el tiempo preciso para realizar estas tareas.

A raíz de varios recursos por parte de grupos de reservistas, el Tribunal Supremo declaró anticonstitucional el pasado febrero la exención de los ultraortodoxos del Ejército e instó al Gobierno a buscar una solución no discriminatoria antes del próximo 1 de agosto, fecha en la que expirará la ley actual.

La concreción de la nueva ley creó serios problemas al Ejecutivo de gran coalición del primer ministro, Benjamin Netanyahu, atrapado entre los partidos religiosos, que amenazaron con abandonarlo si se recluta a los ultraortodoxos, y los nacionalistas, que demandan un servicio militar sin excepciones para nadie. Pocas horas antes de la manifestación, Netanyahu advirtió que, en caso de que no se llegue a un acuerdo antes del 1 de agosto, se reclutará a todos los ciudadanos de 18 años de edad.

Cuando se fundó el Estado de Israel, en 1948, los ultraortodoxos representaban una pequeña parte de la sociedad, pero sus elevados índices de natalidad les llevó a ser cerca del 15% de la población del país.

Además del tiempo que les quitaría para rezar y estudiar la Torá, el Talmud y otros textos sagrados, el Ejército presenta otro problema para los religiosos: la presencia de la mujer en sus filas. Los ultraortodoxos viven bajo estrictas normas de separación entre sexos y sus mujeres observaron la protesta, reservada para los varones, desde las calles adyacentes, sin poder participar en ella.

"Nunca iremos al Ejército, preferimos ir a prisión, nuestra opción es sentarnos y aprender", recalcó Suki, un joven de 26 años, que aseguró que su religión le prohíbe "trabajar codo a codo con una mujer".

La gran mayoría de participantes en la protesta consideró además al Estado de Israel como un "enemigo", por lo que no sentirán ningún remordimiento por no cumplir la obligación que incluye al resto de la población israelí.

"Sabemos que hay enemigos que quieren atacar al pueblo judío y aniquilarlo, pero la única fuerza que nos puede preservar es la de la Torá, sin la Torá no existimos", subrayó Yehuda, otro adolescente entre varios jóvenes ataviado con largas barbas y sombreros negros.

"No nos alistaremos en el Ejército del enemigo", ponía uno de los múltiples carteles que se podían observar junto a él.

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