ICÓNICA FEST

Álvaro Urquijo (Los Secretos) actúa en Sevilla: "Las canciones no son de quienes las cantan, sino de quienes las escuchan"

El grupo de rock Los Secretos.

El grupo de rock Los Secretos. / M. G.

Letras que se aproximan al poema y sonidos que evocan melancolías. Es esta la fórmula con la que Los Secretos triunfaron en el Madrid de los años ochenta. Sus canciones –míticas, inolvidables, soberbias- tratan de algo más que un desengaño o de un amor que no fue, pues con ellas podríamos confeccionar un mapa con el que contar la historia reciente de nuestro país, de la Movida hasta los meses más difíciles de la pandemia, en el confinamiento.

Con Los Secretos hemos bailado y también hemos llorado. Los Secretos nos han acompañado en los recuerdos alegres y también en los momentos de soledad. Quién no sabría acompañar la letra de temas como Déjame, Ojos de gata, Pero a tu lado o Aunque tú no lo sepas, título que se inspira en el conocido poema de Luis García Montero, y que fue versionado por Quique González.

El próximo domingo 9 de julio, Los Secretos actúan en Icónica Sevilla Fest. Aprovechamos su paso por Sevilla para conversar con Álvaro Urquijo (Madrid, 1962), músico y actual vocalista de la banda. Con él hacemos repaso a la trayectoria del grupo. Una trayectoria marcada por la muerte, en 1999, del compositor y letrista Enrique Urquijo.

-Más de cuarenta años de carrera profesional, y en unas décadas en las que tanto ha cambiado todo. ¿Cuál ha sido la clave para mantenerse.

-Qué pregunta tan complicada de responder. Yo creo que es una suma de factores. Por un lado, tener la suerte, literal, de que lo que hacemos, con nuestra sencillez, es acogido por un público que no sólo hace suyo nuestro trabajo sino que lo transmite. Luego, hemos sido muy fieles a un estilo y no nos hemos dejado manipular por la industria. En todos estos años la gente nos ha tratado muy bien y hoy día sentimos que nos quiere.

"Hemos sido muy fieles a un estilo y no nos hemos dejado manipular por la industria"

-Los Secretos no lo ha tenido precisamente fácil. Sin ir más lejos: habéis vivido la muerte de dos componentes en los ochenta, y a finales de los noventa fallece Enrique Urquijo, su hermano. ¿Cuáles son las mayores dificultades, o peores experiencias, que habéis superado como grupo.

-Me las acabas de decir. Son esas. No hay otras que puedan compararse. A nosotros, sí, nos echaron de una compañía de discos en el tercer álbum, en 1983, y nos vimos desamparados, arruinados, sin trabajo, sin mánager, sin salir en los medios… Pero nosotros nos teníamos a nosotros, y a nuestra música. En cualquier caso, nada es comparable a perder a un ser querido. Los Secretos siempre se han caracterizado por intentar mejorar, por seguir adelante. Hace poco hemos incorporado a un nuevo miembro, por ejemplo. Y siempre nos estamos actualizando.

-¿Con qué tres recuerdos se queda de la trayectoria de Los Secretos?

-Los comienzos fueron maravillosos. No quiero pecar de nostálgico. Pero yo era un chaval joven, de diecisiete años, con un mundo por descubrir... En los primeros cinco años de mi historia como músico lo aprendí todo: lo bueno y lo malo, lo que había y lo que no había que tocar, lo que era hacer discos, tocar instrumentos. Yo pasé de ser un niño de colegio, de una familia normalita, como cualquier otra, a ser un profesional de la música. Esos comienzos, con la juventud y con el espíritu joven, son unos recuerdos maravillosos. Incluso en los malos momentos, como cuando muere Pedro [batería del grupo], tenías la fuerza espiritual para superarlo.

La historia, luego, nos ha regalado momentos inolvidables. El 13 de octubre de 2008 metimos a 22.000 personas en las Ventas, en la plaza de toros. Eso no lo olvidaré nunca. Y, últimamente, el hecho de que en la pandemia una canción de Los Secretos, que nunca ha sido promocionada, que jamás ha sido número uno, tuviera tanta repercusión…. Eso te da una independencia, de no depender de la industria, de nada ni de nadie… La canción, por cierto, era “Pero a tu lado”. Se me pone la piel de gallina cada vez que lo recuerdo. Fue una historia que la gente escribió desde sus casas y haciéndola propia. Este es otro de los momentos más significativos de Los Secretos.

"Los Secretos siempre se han caracterizado por intentar mejorar, por seguir adelante"

-He leído una declaración suya en la que afirmaba que la Movida se ha magnificado. ¿Ha sido este fenómeno analizado y contado con acierto?

-Hoy, desde mi punto de vista, puedo corregir esas palabras. Para empezar: no éramos conscientes de estar viviendo nada especial. ¿Por qué? Porque en el 75 mi padre, que era muy aficionado a la música, tenía un buen equipo y entraban buenos discos. Todo esto lo veíamos con absoluta normalidad. Al tiempo que pasaba este hecho personal, en Inglaterra, en el 75 y en el 76, estaban sacando discos los Sex Pistols y grupos de ese estilo. ¿Qué ocurre? Que lo New Age, o Movida, fue una ebullición de esa música, y sobre todo una ebullición musical global. También coincidió, claro, con una apertura de libertades con el fin de la dictadura y con la muerte de Franco. La Movida fue reflejo de esa Nueva Ola cultural y de ese ambiente concreto de los setenta. Entonces, lo que la gente suele relacionar con la Movida no tiene mucho que ver. Ya hablamos de los ochenta. Hablamos del glam rock, de las hombreras, los teclados, los secuenciadores… Los Secretos pertenecían más a lo New Age, lo otro era la moda ochentera. Nuestra influencia venía de los grupos que habían nacido a finales de los años setenta.

-¿Qué es una buena canción?

-Uf. Si supiera eso sería millonario… Una canción buena es aquella que entra en la parcela privada del ser humano, y que ocupa un lugar, no del consumo ni de la inmediatez, sino en la parte que va unida, en el espacio y el tiempo, con la memoria. Esa buena canción entonces la haces tuya, porque es un poco tuya, porque la escuchas y la disfrutas. Las canciones no son de quienes las cantan, sino de quienes las escuchan.

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