ICÓNICA FEST

Fito Páez actúa en Sevilla: "Sí, formo parte del rock pero también de otras músicas que constituyen mi cultura"

El intérprete argentino Fito Páez.

El intérprete argentino Fito Páez. / M. G.

Una leyenda viva del rock argentino. Esta es la mejor definición que puede hacerse del artista Fito Páez. Sus éxitos, sus heridas y sus cicatrices están ligadas a la historia de su país, al que ha dedicado sus mejores letras. Su disco más icónico, que el año pasado cumplió 30 años, lleva el nombre de El amor después del amor. Un séptimo trabajo con el que batió todos los récords, entre ellos el del álbum más vendido de la historia de la música popular argentina. El intérprete de Rosario ha lanzado al mercado más de 20 discos, ha ganado un Grammy, 11 Grammy Latinos y ha sido apodado como El trovador del rock argentino. Esta noche de 6 de julio actuará en la capital hispalense por primera vez para desplegar su inigualable repertorio de clásicos sobre el escenario de Icónica Sevilla Fest.

–Si ahora echara la vista atrás, ¿qué momentos recuerda de la Trova Rosarina?

–Un montón. Te podría decir que la llegada a Buenos Aires en el marco de un festival que organizó la revista Humor como contraprogramación de un concierto de Frank Sinatra, en medio de la dictadura. A mí me parecía ominosa la situación, porque amaba a Sinatra pero, por otro lado, estaba el desembarco de los provincianos rosarinos en la capital federal. Tocamos en el estadio porteño de Obras Sanitarias, que comenzaba a convertirse en un lugar iconográfico de la ciudad de Buenos Aires. Finalmente, Juan Carlos Baglietto se consagró como la figura central del festival y ese movimiento hizo que muchos de nosotros comenzásemos a pensar en venirnos a Buenos Aires. Fue una noche extraordinaria.

–Forma parte del linaje del rock nacional argentino que está marcado por grandes artistas como Charly García o Luis Alberto Spinetta. ¿Qué es lo que más admira de ellos?

–Es buena la pregunta... Aparte de la argentinidad, tienen en común la audacia como artistas. Hacen cosas que no están dentro de la norma musicalmente hablando. Son inventores. También Litto Nebbia fue una pieza central en el desarrollo y creación del género rock en castellano en Argentina. Todos tienen la audacia insólita de mezclar los géneros, de no repetir los modelos aprendidos y de haber generado nuevos híbridos. Es extraordinario, porque no ha sucedido tantas veces en el mundo.

"Mi vida se trató de quitarme las anteojeras y de quitárselas a los demás, sin ningún ánimo mesiánico"

–¿Sigue pensando que el cielo es cada vez más chico?

–Qué metáfora esa... ¿Qué querría decir ese chiquito a los 18 años? Posiblemente que hayas más anteojeras, en general. Cada vez hay menos posibilidades de ver la libertad. Mi vida se trató de quitarme las anteojeras y tratar de quitárselas a los demás sin ningún ánimo mesiánico. Simplemente andar por la vida estudiando, tocando, ensayando, escribiendo, firmando y así intentar desarrollar una forma de expresión. Es una sensación muy liberadora y hermosa.

–¿Es cierto que durante la dictadura militar ponían música rock como método de tortura?

–No. Debe ser parte de la leyenda. Durante la guerra de las Malvinas, se censuró la música en inglés y el rock nacional, de un modo u otro, se vio impulsado y reafirmó sus posibilidades como un eslabón más de la larga cadena genética de la música popular argentina. Fue un marco político y social donde el género surge explícitamente, pero no dejó de ser revulsivo o salvaje por eso. Se peleó hasta el último momento por la democracia.

"Durante la guerra de las Malvinas se censuró la música en inglés y el rock nacional se vio impulsado"

–Hasta entonces, el país hizo frente a situaciones muy violentas. ¿A ellas hace referencia en Ciudad de pobres corazones?

–Esta canción tiene la maldición de caer bien en todas las situaciones horrorosas de la vida. Preferiría no haberla escrito. La hice a causa de un asesinato que hubo en mi familia muy brutal y puede tener lecturas permanentes y diferentes. Es increíble que la canción siga vigente, por un motivo u otro, más allá del sentimiento original. No tuvo nada que ver con todo aquello. O a lo mejor inconscientemente sí, pero no de una manera explícita.

–Este mismo sentido de vigencia ocurre con Yo vengo a ofrecer mi corazón pero de una manera más esperanzadora.

–Casualmente son canciones totalmente antagónicas. Soy una persona muy contradictoria y la libertad se trata de esto. De dejar hablar a todas las personas que van dentro de uno. Cuando empezamos a poner canceles en las diferentes partes de nuestra sensibilidad es cuando todo se arruina. Canto las dos canciones en los conciertos con la misma pasión que tenía la primera vez que las interpreté. Defiendo esas dos partes tan antagónicas en mi vida.

"'Ciudad de pobres corazones' tiene la maldición de caer bien en todas las situaciones horrorosas de la vida"

–El año pasado celebramos el 30 aniversario de El amor después del amor, ¿qué se siente al haber cambiado la historia de un género musical en su país?

–Me siento parte de la música popular argentina, que es un tesoro infinito que la humanidad descubrirá en algún momento. El rock es una parte de lo que hago. Me tocó ser parte de un momento protagónico para la industria. El disco se vendió muchísimo y sí formo parte del rock, pero también de otras músicas que constituyen mi cultura como el tango o el folklore de mi país. También he viajado por Latinoamérica y he incorporado los sonidos de otros países. Lo hice en este álbum también. Me considero un hombre muy afortunado.

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