"Por fin". La expresión en boca de Mariano Bellver resume la mezcla de satisfacción y extenuación con la que el octogenario coleccionista llega al día de la inauguración de la exposición Imágenes y mitos en la pintura andaluza, que recoge 171 piezas de las más de 300 pinturas que atesora en su casa y que ha ido adquiriendo en los últimos 50 años. Y es que hasta llegar aquí -que no es sino la primera parte de "un pacto entre caballeros" que selló con "un apretón de manos", según Bellver- han transcurrido más de ocho años de intensas negociaciones para acordar los términos del contrato de cesión de sus fondos a Sevilla, una donación que se ha "topado con doña crisis". De hecho, el sevillano nacido en Bilbao elogió que "con tan poco dinero se haya hecho un montaje así", dijo en relación a los poco más de 48.000 euros con los que ha contado esta iniciativa que, cabe señalar, es la primera gran cita con Valme Muñoz como directora de la institución. La muestra es, en palabras de Ignacio Cano, conservador jefe del museo, "parte de la mejor colección particular en la pintura del siglo XIX de España". El conjunto, dividido en siete secciones, recoge escenas, retratos y paisajes de autores como José Villegas, Sánchez Perrier o José García Ramos y extranjeros como Blanchard, Jules Worms o Robert Kemm, que explican por sí mismos la imagen que de Andalucía existe aún hoy dentro y fuera de nuestras fronteras.

Con esta muestra, ubicada entre la sala V y la de exposiciones temporales que aprovecha los paneles que se emplearon para El Joven Murillo, "se cumple la primera parte del acuerdo", apuntó en la presentación el consejero de Cultura, Paulino Plata. La segunda parte del pacto, y a priori la más complicada de resolver, es la de encontrar una ubicación para el conjunto de los fondos pictóricos, escultóricos y mobiliarios que el coleccionista cede "de manera totalmente gratuita". Y es que Monsalves, la sede propuesta por la Junta en su momento -y aceptada por la familia Bellver- "no estará lista hasta dentro de mucho y yo ya tengo 84 años". Hasta que llegue la necesaria ampliación del Bellas Artes -donde habría reservado un espacio de hasta 600 metros cuadrados para las pinturas de Bellver- la Junta y el coleccionista estudian las distintas sedes que podrían acoger este valioso conjunto. "Si no es Monsalves, puede ser otro sitio; en el pacto se dijo un sitio apropiado en el que con dignidad se mostrara el 70% u 80% de los fondos de mi colección y el resto se almacene para ir rotando", dijo Bellver, que añadió: "Yo dialogo con la Junta que es quien representa a Sevilla". Plata agradeció reiteradas veces el altruismo de Bellver y su esposa, Dolores Mejías. "Serán reconocidos", adelantó el consejero, que prefirió mantener "en el ámbito de lo privado" las negociaciones sobre el destino de estas obras.

Según ha podido saber este medio, la opción que con más interés propone la Consejería es la Sala Santa Inés, espacio que también sería del agrado de la familia. Una alternativa que, paradójicamente, choca de frente con el último anuncio de Paulino Plata: la sala de la calle Doña María Coronel fue propuesta recientemente como sede del espacio Iniciarte tras la polémica salida de este proyecto de apoyo al arte contemporáneo de la desacralizada iglesia de Santa Lucía.

Hasta que este momento llegue hay que esperar a que acabe la muestra, el próximo 29 de mayo; a que las obras regresen a la casa de Bellver, según lo apuntado ayer; y, sobre todo, a que culmine la cesión de los fondos que, según las primeras conversaciones, pasaría por la creación de una fundación con mayoría de participación pública en la que tenga cabida la Junta y el Ayuntamiento de Sevilla.

En cualquier caso, una cosa parece clara: la Junta es la que, finalmente, está respaldando con mayor disposición esta donación mientras que la cercanía de las elecciones municipales, y el incierto futuro del actual equipo de gobierno, habría enfriado el interés del Consistorio por este mediático pacto. Así, el equipo de Monteseirín no se hizo la foto oficial en la rueda de prensa y en la recepción posterior sólo la delegada de Cultura, Maribel Montaño, lo representó en un discreto plano.

Más allá del protagonismo de las administraciones públicas, el gesto de Bellver debe ser valorado ya como una infrecuente muestra de amor por el arte costumbrista y por la ciudad a la que llegó con ocho años. "Una colección no se mide por el precio unitario de cada cuadro sino por el que se necesitaría para comprarla como tal. Hay que considerar el valor que tiene la cesión para alguien que ha dedicado a esto toda su vida. Como cualquier coleccionista, lo que quiero es que no se disgreguen las obras que con tanto esfuerzo he reunido. Siempre deseé que todo esto tuviera un único heredero y ¿quién mejor que Sevilla? Yo casi que agradezco a la ciudad que acepte mi donación", declaró un emocionado Bellver ante el principio de su gran obra.