los remedios | Crítica de teatro

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Pablo Chaves y Fernando Delgado-Hierro en un momento de 'Los Remedios'

Pablo Chaves y Fernando Delgado-Hierro en un momento de 'Los Remedios' / Luz Soria

Autoficción doble en esta, entre otras cosas, exaltación de la amistad de Fernando y Pablo, dos colegas nacidos y criados en el sevillano barrio de Los Remedios. Emigrantes culturales, ambos estudiaron en la RESAD de Madrid y crearon La_Compañía exlímite, con la que han emprendido este viaje, este retorno, al barrio que les vio crecer recreando una suerte de memoria íntima y colectiva de una generación, de una ciudad.

La fórmula de la autoficción permite que, basándose en el texto escrito por Fernando Delgado-Hierro, el tándem formado por éste y  Pablo Chaves hayan creado un buen número de piezas independientes entre sí que conforman un arrollador espectáculo lleno de frescura y sinceridad en el que sobresale el generoso trabajo de interpretación de sus dos protagonistas que dan vida a gran parte de sus familiares y amigos desarrollando el training de la vida de dos jóvenes  que quieren dedicarse al teatro.

Los Remedios aglutina teatro costumbrista, experimental, metateatro y confesión pública. Asume los tópicos representados por el barrio más conservador de Sevilla y dibuja, como un documental, a toda una generación.

Pero lo importante de Los Remedios es que el espectáculo sobrepasa la aparente primera intención, la búsqueda de las raíces de Fernando y Pablo, y nos encontramos con un hermosísimo ejercicio teatral que bien podría convertirse en el primer tomo de una historia que está todavía por escribirse.

La obra nació en Madrid, ya era hora de que viniera a encontrarse con su familia y amigos.

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