El CAT abrirá su temporada con un 'estreno' representado ya en 2003
Los responsables del Centro Andaluz de Teatro recuperan 'El rey de Algeciras', una obra a la que se ha añadido una "perspectiva de género" · El montaje se presentará en el Teatro Central el 14 de enero
El rey de Algeciras, una obra estrenada en octubre de 2003 y revisada ahora con "perspectiva de género", será el particular estreno de la próxima temporada del Centro Andaluz de Teatro (CAT). Ese montaje se representará el 14 de enero de 2009 y será, además, el único de producción propia del centro dirigida por Francisco Ortuño, que ha programado, bajo la supervisión de la Consejería de Cultura, otras tres obras: Los negros, del autor "clásico" del siglo XVI Simón Aguado, una coproducción con la compañía almeriense Axioma; El testigo, de Fernando Quiñones, con Rafael Álvarez El Brujo; y Bodas de sangre, un nuevo paseo por el universo lorquiano de José Carlos Plaza financiado por la Junta y el Centro Dramático Nacional.
Cuando El rey de Algeciras se representó por primera vez hace más de cinco años, se hizo "en formato reducido", según la consejera de Cultura, Rosa Torres. "Hay que darle vitamina a estos proyectos", completó ayer Ortuño, tratando de explicar por qué el montaje merece llamarse estreno. "Se trata de darle una inyección de crecimiento", añadió. Según los responsables de la Consejería y del CAT, la obra, una "visión personal e intransferible de la situación social y política" de la ciudad gaditana que aparece en el título, carecía de la "mirada de la mujer". Por este motivo, y a iniciativa del CAT, el autor del texto, Juan Alberto Salvatierra, y el director del montaje, Julio Fraga, accedieron a reinterpretar la obra. "O sea que sí es un estreno", sostiene Francisco Ortuño.
Los negros, un montaje de teatro callejero, se representará en junio en la Plaza de la Catedral de Almería para girar luego por distintos puntos de Andalucía (como el resto de los espectáculos). Carlos Góngora dirigirá una versión "libertaria" de la pieza de Simón Aguado, actor y autor teatral granadino del siglo XVI que cuenta aquí la historia de unos esclavos cuyos amos obligan a casarse entre sí para tener así cada vez más mano de obra explotada. Sin embargo, dentro de su horrorosa existencia, en sus pequeños ritos domésticos, en sus bailes, en los reducidos pliegues libres del día a día, los esclavos se reconfortarán con su sensualidad, con sus íntimas alegrías. Es una obra, dice Torres, de "tono entre cómico y grotesco", y que reproduce la "la lucha entre Eros y Tánatos", según Ortuño.
En El testigo de Quiñones (octubre, Teatro Central) convergen varios elementos característicos de su universo: la Caleta de Cádiz, el duende del cante, el peso fatal de los ancestros, el nervio gitano. Interpretado por El Brujo, que también asume la dirección, el cantaor Miguel Pantalón, el personaje en torno al cual gira todo el montaje, habla en lugar de Quiñones de su visión de la vida y del ser humano.
Por último, en noviembre de 2009 se presentará en el Teatro María Guerrero de Madrid Bodas de sangre, con dirección de José Carlos Plaza, especializado últimamente en obras de Federico García Lorca. Primero allí, pero "inmediatamente después, pues no es menos importante", en el Central de Sevilla, afirmó la consejera.
Aparte de diversos foros internacionales de artes escénicas (se añade este año uno nuevo en Sevilla, llamado Mujeres, teatro y performance, también preocupado por la "perspectiva de género" en el teatro), la Junta extenderá a Sevilla y Granada un "programa piloto" creado la temporada pasada en Málaga, la Escuela de Espectadores, una iniciativa en la que personas de distintos barrios (y capas sociales) podrán asistir a obras, debatir sobre ellas y encontrarse con actores y creadores) para adquirir una "mirada crítica". Nada más se sabe (ni fechas, ni programa, ni indicaciones para inscribirse), pues la iniciativa presentada públicamente está en realidad todavía "siendo estudiada".
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