La habitación de María | Teatro

Una veterana al pie del cañón

  • El Teatro Lope de Vega reinicia su temporada con 'La habitación de María', un montaje que tiene como protagonista absoluta a Concha Velasco, con dirección de José Carlos Plaza

Una imagen alegórica del personaje que encarna Concha Velasco.

Una imagen alegórica del personaje que encarna Concha Velasco. / M.G.

Tras unas largas vacaciones, el Teatro Lope de Vega estrena director y retoma su actividad con La habitación de María, un monólogo interpretado por la gran Concha Velasco y dirigido por otro grande de la escena como es José Carlos Plaza.

A partir de un texto bastante endeble de su hijo Manuel Martínez Velasco, Concha se convierte en Isabel Chacón, una escritora de éxito que lleva más de 40 años confinada en el piso 47 de un edificio madrileño debido a su agorafobia, y que acaba de cumplir los 80 con un libro aún por publicar.

Sola, sentada en un sillón en medio de una imponente biblioteca diseñada por Paco Leal, con su hermosa dicción vallisoletana que tantos días de gloria nos ha ofrecido en este mismo teatro, Concha nos va relatando los recuerdos, los temores y las prisiones –sobre todo las internas- que habitan el alma de la escritora.

Echamos de menos la presencia de otros actores que la arropen –son ya 81 años los que tiene la actriz- y hagan más creíble la historia, pero a falta de estos, José Carlos Plaza utiliza toda una batería de artilugios para romper la monotonía del monólogo y conectar al personaje con el mundo exterior: dos teléfonos, una entrevista en directo desde un programa de televisión, un gran incendio que amenaza con devorarla y sus bomberos correspondientes, e incluso la repentina aparición de un antiguo amor que precipita un final forzado y poco creíble.

Todo ello con una mezcla de estilos en la que las referencias literarias más pretendidamente elevadas se unen a esos gags de comedia que tan bien ha dominado la actriz durante toda su vida y que provocan, de vez en cuando, la risa del público.

La habitación de María no pasará a la historia sin duda como uno de sus mejores montajes, pero siempre aparece la posibilidad de que sea la despedida de una Concha Velasco que ha sido realmente una grande entre las grandes . Una actriz que encarna más de medio siglo de teatro, de cine, de televisión y de historia de España, con todas sus contradicciones, y a la que el público despidió con piropos y con un enorme cariño, puesto en pie, al final de la representación.

Con la simpatía y la humanidad que la caracterizan, también ella recordó algunos de los momentos vividos en otras ocasiones en el teatro sevillano y agradeció con emoción la presencia del público en estos momentos tan difíciles para todos.

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