Eslava Galán celebra en la Feria del Libro la expresividad de los sevillanos

El autor de 'En busca del unicornio' y 'Últimas pasiones del caballero Almafiera' defiende en su pregón que Sevilla es "una ciudad literaria sin necesidad de papeles, donde la literatura está viva en boca de la gente".

Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948), ofreció ayer el pregón en el Salón Colón del Ayuntamiento.
Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 1948), ofreció ayer el pregón en el Salón Colón del Ayuntamiento.
Braulio Ortiz / Sevilla

11 de mayo 2012 - 05:00

Hace más de tres décadas, el jiennense Juan Eslava Galán llegó a Sevilla, en la que pasaría gran parte de su vida. En su primer paseo por las calles, entonces, ya se dio cuenta de la fecunda alianza que la literatura había pactado, en algún momento impreciso, con la ciudad. Miraba el escritor la fachada de la Casa Pilatos, y un hombre que por sus pobres vestimentas parecía un mendigo le indicó cuál era aquel edificio. "Se lo digo porque soy del barrio, y todo lo que le concierne a mi barrio me atañe a mí", le comentó aquel tipo. "Había dicho atañe y concierne, dos palabras precisas que pertenecen ya desgraciadamente a nuestro vocabulario más extraño, cada vez más empobrecido", recuerda ya transcurrido el tiempo el autor de En busca del unicornio y La mula.

Aquélla fue "la primera sorpresa" de una larga serie de revelaciones que aguardaban al narrador en su nuevo destino, y que Eslava Galán repasó ayer en el pregón con el que inauguró la Feria del Libro. En la perspectiva del narrador, Sevilla no es sólo el enclave donde Cervantes tuvo la idea de El Quijote; el lugar "que albergó la primera imprenta española, en la que ya se imprimían libros en 1473"; también "una ciudad literaria sin necesidad de papeles" donde "la literatura está viva en boca de la gente. Más de una vez he dejado pasar el turno en el estanco por seguir deleitándome con una conversación chispeante", confiesa el escritor, que se detuvo a elogiar también las cualidades de los pregones de Semana Santa. "Qué deleite leer esas preciosas piezas, esas filigranas barrocas, ese desbordamiento de sentimientos, ese tsunami de oximorones y sinécdoques...", opinó.

Eslava, que el sábado celebra en un acto los 25 años de la novela con la que se dio a conocer, En busca del unicornio, y que presentará también su nuevo libro, Últimas pasiones del caballero Almafiera, aseguró que en su convivencia con la capital andaluza la literatura le "asaltaba a cada paso. No hay ciudad en el mundo con más azulejos y mármoles inscritos: Aquí nació..., Aquí murió..., Aquí vivió... Textos cervantinos, becquerianos, inspiradas poesías de Miguel del Cid que uno memoriza...", enumera. Esa voluntad de Sevilla de recordar a sus autores insignes tiene su razón, cuando uno sopesa los hijos ilustres que ha concebido. "¿Qué ciudad puede ofrecer en su nómina nombres como Blanco White, Bécquer, los dos Machados, Chaves Nogales, Aleixandre o Cernuda?", se pregunta, antes de centrarse en Chaves Nogales, protagonista de la programación de la Feria, "el mejor periodista de su tiempo y un grandísimo escritor, lleno de hondura y de una frescura muy sevillana", al que durante décadas rodeó un silencio que refleja la arbitrariedad de este país "un tanto cainita, en el que cuando un autor muere lo entierran rápidamente".

Sobre la cita de la Plaza Nueva, Eslava Galán afirmó que "no hay ninguna otra con un marco tan ilustre e histórico", aunque su memoria retrocedió a otra Feria del Libro de Sevilla, entonces ubicada en los Jardines de Murillo. El escritor vino de la mano de José Manuel Lara, "el hombre que consiguió el milagro de fundar una empresa boyante sobre la base del libro. Me dijo dos cosas que no he olvidado. Una, que había que conseguir que la gente comprara libros aunque no los leyeran, porque el hijo que se cría con libros en su casa los leerá, una gran verdad. Y que los padres inteligentes compraban un libro a los niños, que los niños con libros serían algo en la vida".

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