Cultura

Fe, ponys y gramos de surrealismo

  • l Descargue Un gramo de fe en el blog de La Ventana Pop (http://blogs.grupojoly.com/ventana-pop/Pony Bravo avanza en descarga gratuita su segundo álbum, 'Un gramo de fe', antes de la edición en formato físico

Rodadas en vivo durante meses en los escenarios más variopintos, las trece canciones del nuevo álbum de Pony Bravo parecen haber experimentado un singular proceso de destilación destinado a conseguir un resultado final, si no perfecto, al menos estrictamente ajustado a las notables pretensiones artísticas del cuarteto sevillano, para muchos, y sin lugar a dudas, una de las más llamativas, consistentes y contundentes propuestas de la escena del rock nacional de los últimos años.

Así, donde antes imperó la sorpresa -pese a las maquetas y a un CD-single de adelanto, Si bajo de espaldas no me da miedo (y otras historias), su primer álbum, lo fue en una proporción mayúscula-, ahora, en este deslumbrante Un gramo de fe, se impone la constatación de estar frente a un organismo vivo y en crecimiento, capaz de afrontar la siempre difícil papeleta de la segunda entrega -sobre todo, cuando ha venido precedida un considerable aplauso- con las ideas claras y la inspiración intacta.

Un gramo de fe hace pues suyo aquel viejo lema académico, hoy en aparente desuso, de limpia, fija y da esplendor para cincelar en binario -el primer formato disponible es la descarga digital libre y gratuita; en breve llegarán una versión en vinilo y otra en CD- las delirantes perspectivas de la cotidianeidad surgidas de la imaginación visual -no sólo reducida a su brillante faceta como diseñador gráfico- de Daniel Alonso, flanqueado otra vez en perfecto equilibrio por la vocación experimental de Darío del Moral, Javier Rivera y Pablo Peña -inclinación que servidor piensa se desboca en Fiera, el proyecto paralelo del cuarteto, pero que en Pony queda al servicio de una narración alucinada, donde los flashes de lucidez bastan para insinuar de manera sutil el discurso, escapando siempre de la obviedad, el trazo grueso y los lugares comunes: pruebe a escuchar Super-broker y dígame luego si cabe apuntar más con menos respecto al caos económico que marca, y marcará, nuestro días-.

La sorpresa, al menos para quienes hayan seguido en vivo la evolución de estas canciones, queda entonces encuadrada en el ejercicio de descubrimiento de la metamorfosis, en el esplendor aportado por colaboradores afines -Za! y Fran Torres- y en la prueba de depuración que hace aparecer (o desaparecer) éste o aquel otro matiz -la potente caja de ritmos que marcaba el compás final de La rave de Dios se ha esfumado; el grupo descubrió en algún punto de la Europa del Este que la había olvidado en el local de ensayo y atacó el tema en directo sin ella; funcionó y prescindió-.

Huelga decir que para la oreja virgen Un gramo de fe funciona a otro nivel, menos puntillista pero, por fortuna, igualmente agradecido; que su mezcla de costumbrismo, surrealismo -Ninja de fuego se me antoja un hallazgo lingüístico a la altura de la pipa de René Magritte; si acaso ya me disculpan luego el entusiasmo- y músicas que asimilan sin complejos su bastardía logra justo el efecto deseado: llevar la escucha hacia un universo propio, el universo Pony. Pocos, creo, pueden lograr algo semejante.

Pony Bravo El Rancho. Rock. Descarga Creative Commons

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