Las raíces de Pauline
Francisco Soriano | Pianista
Francisco Soriano encabeza el proyecto que ha llevado al disco por primera vez la integral de las canciones españolas de Pauline Viardot
La ficha
L'ANDALOUSIE AU COEUR
Pauline Viardot (1821-1910): Duo à la hongroise* [1877] / El corazón triste [1859 o 1846] / Caña [1844] / El fandango del diablo* [1846] / Aserrín* [1843] / Rondeña* [1870] / Seguidillas de los oficialitos [1846] / Canción de la infanta [1886] / Mi numen parlero [s.d.] / Canción española [1859] / La jota de los estudiantes [1846] / El amor de mi mozuela* [1846] / De qué sirve* [1846] / La tortolilla triste* [1857] / Me mandas que te olvide* [1857] / Ay, que me robó* [1846] / Madrid [1887] / Les filles de Cadix [1887] / Le toréador* [1901] / Je n'aime pas les toreros [1897] / Sérénade à Rosine* [1887] / Romance espagnole [1880-82] / ¡Ay Soledad!* [1879] / Habanera [1889] / La gallina* [1879]
* Primera grabación mundial
Natalia Labourdette, soprano; Helena Ressurreição, mezzosoprano; Francisco Soriano, piano
Odradek
Catedrático de piano en el Superior de Sevilla, Francisco Soriano es bien conocido en los ambientes musicales de la ciudad por su trabajo en la ASAO (Asociación Sevillana de Amigos de la Ópera), como programador del ciclo de música del Real Círculo de Labradores y, por supuesto, por sus conciertos, muy centrado en el acompañamiento de cantantes. El sello Odradek publica ahora su grabación, junto a la soprano madrileña Natalia Labourdette y la mezzo portuguesa Helena Ressurreição, de un conjunto de canciones de Pauline Viardot, que incluye los primeros registros mundiales de muchas de sus canciones españolas.
–El disco sale ahora, pero el proyecto lleva cocinándose años...
–Me hubiera gustado sacarlo en 2021, con el centenario de Viardot, pero no conseguimos financiación, aunque la pedimos en el Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía por dos veces. Fue gracias a una de las Becas Leonardo de la Fundación BBVA como finalmente pudimos hacerlo. La idea surgió durante la pandemia, cuando estábamos todos bastante aburridos, pero creo que aproveché el aburrimiento bastante bien. Tenía mucha ilusión con el centenario de Pauline Viardot, pensaba que podía ser un pequeño acontecimiento, y me puse a pensar en proyectos en torno a la efeméride. Y este en concreto surgió de una conversación con Andrés Moreno Mengíbar, muy familiarizado con el repertorio. No se trata de ningún descubrimiento en realidad. La existencia de estas canciones está muy bien documentada en la correspondencia de Viardot. Además muchas de ellas estaban disponibles, digitalizadas en formato manuscrito, en la web de la biblioteca de la Universidad de Harvard. Lo que había que hacer era recopilar el material y organizarlo, porque hay también algunos bosquejos y esbozos que no son en realidad recuperables. Andrés se encargó de recuperar todo lo disponible en Harvard, un material que puse en manos de un musicólogo de confianza, Miguel López Fernández, catedrático del Conservatorio, y yo me encargué de formar el equipo artístico con la intención de estrenar las canciones en concierto y grabarlas.
–¿Qué incluye el CD?
–En el disco al final van 25 canciones, aunque hay dos más que hemos interpretado algunas veces, pero que fueron bocetos que completamos nosotros, por lo que optamos por no meterlas en el disco. Incluye la integral de canciones españolas de Viardot y algunas piezas bien conocidas ya, que están en francés, pero que tienen relación con España, como los boleros Madrid y Les filles de Cadix o las que tienen que ver con los toros.
–¿Las piezas sacadas de Harvard son primeras grabaciones mundiales?
–Sí. Es más difícil decir si se habían interpretado ya antes, aunque nosotros no tenemos constancia. Hemos trabajado en todo caso con el asesoramiento de Nicholas Zekullin, un gran experto en el mundo de Pauline Viardot, que ha supervisado todos los datos que proporcionamos en el CD, incluidas esas primeras grabaciones mundiales de trece de las veinticinco canciones.
–¿Había ediciones de algunas de estas canciones?
–Las que son primera grabación mundial, no, estaban en manuscritos. Sí había ediciones antiguas de La caña o La jota de los estudiantes con textos en francés o de los arreglos de mazurkas de Chopin, también con los textos en francés. Según Zekullin lo más probable es que los arreglos de mazurkas con los textos en español fueran anteriores a los que tienen el texto en francés. Está documentado que en la primera gira de Viardot en 1843 algunas de estas mazurkas ya se interpretaron en su versión española. Las versiones en francés son muy posteriores, de los años 80, con textos de Louis Pomey, posiblemente por razones comerciales, ya que era más fácil vender en la Europa de entonces estas piezas en francés que en español.
–Las canciones recorren prácticamente toda la vida de Viardot, ¿qué papel jugaron en su carrera?
–Es complejo, pero en el caso de los dúos parece claro que eran piezas pensadas para sus alumnos, incluso podemos pensar que fueran escritas para dos de sus hijas. Exigen dos cantantes de importantes recursos y sabemos que no era normal que Viardot diera recitales a dúo, con lo que no parece probable que fueran escritas para sus giras, porque además la mayoría son piezas tardías, escritas a partir de la década de los 60. Son ejercicios de lucimiento. Pero las mazurcas de Chopin en su versión española y las piezas más tempranas, las de los años 40 y 50, forman parte de un repertorio que seguramente sí interpretó en sus conciertos. De hecho, está documentado que en la gira española que hizo en los 40 se interpretaron algunas de estas canciones.
–Estilísticamente, ¿en qué terreno se mueven?
–Son muy diversas. Por un lado están vinculadas a su tradición familiar, la de su padre, Manuel García. Hay, incluso en los textos, clara influencia de la tonadilla escénica. Pero luego hay elementos típicamente belcantistas, con una línea vocal operística. Y hay por supuesto toques de lirismo que nos acercarían al mundo del lied o de la mélodie.
–¿El elemento folclórico juega algún papel?
–Sin duda, y no sólo eso. En su Génesis musical del cante flamenco, Guillermo Castro, un catedrático de guitarra flamenca del Conservatorio de Córdoba, hace una auténtica labor de arqueólogo musical en la búsqueda del repertorio que desde la música popular del XIX llevaría hasta el flamenco, y muchas de estas canciones de Viardot pueden considerarse inspiradas perfectamente en ese repertorio popular, que no conocemos bien, pero podemos calificar de preflamenco. Luego también hay algunas otras canciones que son remedos, como pastiches, casi españoladas.
–¿Qué criterios primaron en la elección de las cantantes?
–Tenían que ser voces de primera calidad, porque las canciones no son siempre fáciles, que fraguaran bien juntas pero desde la diversidad, no podían ser voces demasiado parecidas. A Natalia Labourdette la conocí muy jovencita, cuando ganó el Premio Nuevas Voces de Sevilla que organizamos desde la ASAO, y me entusiasmó. Yo estaba convencido de que iba a tener una carrera importante, porque además de sus cualidades vocales, es una música excepcional, es muy versátil, siempre aporta algo personal a la música que canta, y el tiempo me está dando la razón. Por suerte además es una carrera muy vinculada a Sevilla, porque ha cantado mucho en el Maestranza. Está en un momento increíble. A Helena Ressurreição la conocí en un recital de lied en Barcelona, y me gustó muchísimo. Se lo planteé a Natalia, a ella le pareció bien y empezamos a trabajar juntos. Creo que fue un acierto, porque tienen todo aquello que yo buscaba y ha funcionado muy bien en todos los sitios en que nos hemos presentado. Hemos formado un equipo fantástico, y ellas se han portado muy bien en todo momento, porque esto es un proyecto muy personal, muy romántico y aceptaron el juego y entraron en él con entusiasmo.
–¿Dónde y cuándo se registró el disco?
–Fue a finales de julio de 2022 en unos estudios que tiene el sello estadounidense Odradek en Pescara, Italia. Tienen allí unos medios fabulosos con un piano soberbio. Pasamos diez días de estricta concentración preparando y haciendo la grabación.
–Llevan al menos dos años haciendo este proyecto en concierto...
–Sí, lo estrenamos en Sevilla, en el Espacio Turina en mayo de 2021. Luego lo hicimos parcialmente en el Alcázar ese verano. También lo hicimos en la Fundación Juan March de Madrid, en el Festival de Música Española de Cádiz, en Tarrasa, en el Instituto Cervantes de Bruselas, en el Colegio de España de París, parcialmente en la Opéra Comique, con motivo del homenaje a Viardot. El 16 de septiembre haremos una muestra en la inauguración de la Casa de Viardot en Bougival, que será como la presentación oficial de la salida del disco, que estará disponible en plataformas desde el viernes 15. Tenemos propuestas interesantes de algunos programadores para los próximos meses.
–¿Hay más material de Viardot al alcance?
–Con una mujer como Viardot, que además está en plena efervescencia como compositora desde el aniversario de 2021, vaya usted a saber. Todavía aparecen obras de Mozart o de Bach. Nunca se puede decir que su catálogo como compositora esté cerrado. Lo de Harvard está todo peinado, pero en algún archivo puede aparecer algo. Yo he trabajado mucho también sus operetas de salón, que son fascinantes. Documentadas hay 7 u 8, pero se conservan bocetos de hasta 5 más, entonces..., vete a saber, en cualquier archivo privado de repente te pueden aparecer nuevas canciones.
–¿Tiene previsto ampliar el foco a otra música con este mismo equipo artístico?
–A este repertorio le debo mucho, porque me ha permitido presentarme en muchos espacios, y lo he trabajado con mucho interés y entusiasmo, pero todo cansa, y tampoco conviene etiquetarse. Me interesan por supuesto muchos otros repertorios y hacerlos en las mejores condiciones artísticas posibles. En el Festival della Valle d’Itria de Martina Franca hemos hecho este verano el estreno en Italia de una opereta de Massenet, L’adorable Bel’-Boul’, una obra casi desconocida que en época moderna sólo se había hecho en Francia, y en un circuito amateur. La traeremos también a Sevilla. Para mí ha sido un descubrimiento personal, una música muy divertida, muy fresca… Y este año tengo también un proyecto muy bonito para el Teatro Real Junior, un pequeño hallazgo, no es un descubrimiento, pero soy como un buscón, un rebuscador, me gusta esa faceta de ratón de biblioteca, y ahí haremos una opereta de Gustav Holst, The Idea (La idea), que hemos traducido al español, y es una sátira política para niños y protagonizada por niños, pero que creo que va a gustar mucho también a los mayores.
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