Francisco Fernández Rueda | Tenor

"El lied necesita fuego lento"

  • El tenor sevillano Francisco Fernández Rueda canta el próximo sábado junto a Solistas de la OBS el ‘Viaje de invierno’ de Schubert en una versión con acompañamiento de quinteto

El tenor Francisco Fernández Rueda (Estepa, 1982)

El tenor Francisco Fernández Rueda (Estepa, 1982) / Michal Novák

Ha tenido que esperar a la frontera de los 40 años para debutar con la OBS en Sevilla, un deseo que el estepeño Francisco Fernández Rueda reconoce que llevaba años acariciando. “Es curioso que no sea con un repertorio barroco, pero yo creo que también les viene bien a ellos, porque además es una música que tocan maravillosamente”.

–¿Cómo surge la idea de este singular Winterreise?

–Fue idea mía. Escuché una versión del ciclo con acompañamiento de un cuarteto y me gustó mucho, me parecía que aportaba cosas. Me entusiasmé con la idea de hacer algo así. La versión que yo escuché no era con instrumentos de época. Y pensé en por qué no plantearla con instrumentos de la época de Schubert, y rápidamente contacté con la OBS. A ellos les gustó también la idea y decidimos lanzarnos. Yo lo tenía hablado con el Festival Ibérico de Badajoz. A su director, Javier Pereira, le gustó la propuesta y lo programó como el concierto principal del Festival.

–El arreglo es para quinteto y encargo de la propia orquesta.

–Exacto. Queríamos hacer algo propio. La OBS se la encargó a una joven compositora, Desirée Martín, que hizo un gran trabajo, hablando también conmigo y con Hiro Kurosaki, que es el primer violín en el proyecto.

–Pero la línea vocal no se ha tocado...

–No, no. La línea vocal es la schubertiana. Ella ha transcrito la parte del piano para el quinteto de cuerda. Debo decir que, en relación al cuarteto, la nuestra es una versión más contundente, esa contundencia que puede ofrecer el contrabajo. La de cuarteto es distinta, más frágil.

–Usted hizo ya el Winterreise en una versión escénica.

–Sí, con Joan Anton Rechi, que es un director de escena maravilloso. Fue una propuesta asombrosa que estrenamos en el Festival de Ordino Clásico en el Auditorio Nacional de Andorra, con Rubén Fernández Aguirre en el piano. Rechi usó hielo real en el escenario, hielo que se iba derritiendo durante el espectáculo, y dejó al público literalmente helado, por la belleza que logró. Fue una versión plagada de momentos mágicos. Estaba programado que la hiciéramos en el Teatro Arriaga de Bilbao en abril de 2020, y la pandemia se la llevó por delante. Ahora mismo estamos esperando que la reprogramen.

–¿Y cómo fue el estreno de esta propuesta con la OBS en Badajoz?

–En principio debo decir, que el equipo escogido es sencillamente sensacional: Hiro Kurosaki y Leo Rossi de violines, José Manuel Navarro en la viola, Mercedes Ruiz en el violonchelo y Ventura Rico en el contrabajo. No podía imaginar unos compañeros mejores. En Badajoz se hizo en el Teatro López de Ayala y tuvimos anécdota, porque a Hiro le saltó una cuerda a mitad del ciclo. Son cosas que pasan. Creo que una sala aún más camerística como la del Turina le va a ir mejor.

Fran Fernández Rueda con Solistas de la OBS en el Teatro López de Ayala de Badajoz. Fran Fernández Rueda con Solistas de la OBS en el Teatro López de Ayala de Badajoz.

Fran Fernández Rueda con Solistas de la OBS en el Teatro López de Ayala de Badajoz. / Santiago García Villegas

–¿Piensan grabarlo?

–Lo estamos contemplando. Queremos rodarlo un poco más y si hay posibilidad, lo haremos, porque además es la versión de la propia orquesta de una obra cumbre del repertorio.

–¿Cuáles son sus referentes en el mundo del lied?

–Aunque suene a tópico tengo que citar a Dietrich Fischer-Dieskau, que fue único por su forma de decir.

–¿Y entre los tenores?

–Para mí hay uno de absoluta referencia, que además es latino y a mí me sirve como referente, porque yo no quiero acercarme a este repertorio como copia de un cantante alemán, yo quiero tener mi mirada, la de un hombre mediterráneo. Y es el gran Francisco Araiza. Aparte de ser el tenor mozartiano por excelencia, en el lied es extraordinario. Otro referente es Fritz Wunderlich. Me gusta mucho mirar atrás, a los cantantes clásicos.

–¿Qué piensa de que los contratenores hagan ya lied con normalidad?

–Perfecto. Es una forma para ellos de ampliar repertorio. El lied tendría que ser fundamental para cualquier cantante. Te abre al mundo de las emociones, de la expresividad.

"No quiero acercarme a este repertorio como copia de un cantante alemán, yo quiero tener mi mirada, la de un hombre mediterráneo"

–Sin lied no hay Romanticismo.

–Sin duda. Y creo que no se aborda tanto porque tiene muchísimo trabajo. Para preparar Winterreise, primero me cogí los poemas de Müller, solo el texto. Me puse a recitar los poemas una y otra vez, intentando saborear cada palabra, lo que cada palabra me transmitía, lo que cada momento me estaba diciendo. Así me pasé por lo menos tres meses. Me pilló en el sur de Alemania en una producción de ópera a finales del otoño. Me sentaba junto a la ventana del apartamento donde vivía, y me impregné de ese espíritu alemán para recitar esos poemas que son bellísimos. Una vez hice este trabajo, los llevé a la música de Schubert y todo encajaba fácil. Al final fue un trabajo de más de cinco meses. En este mundo de las prisas, la inmediatez, hay que tener esas ganas de pararse a reflexionar, poner los pies en la tierra. El lied necesita fuego lento. Es una forma de expresión artística brutal, porque es la fusión entre la música y la poesía.

–¿Qué otros proyectos maneja ahora?

–He estado trabajando mucho con Ivan Fischer y la Orquesta del Festival de Budapest. Hicimos una Incoronazzione di Poppea, en Italia, Suiza y Budapest. Y ahora vuelvo a trabajar con él para un Così fan tutte y un Orfeo. Es una experiencia brutal, y hay gente que no sabe que él era clavecinista con Harnoncourt, por lo que conoce muy bien esta música. Además es de los directores que te deja ser tú, que respeta tu propuesta artística, y esto es algo que no siempre nos pasa a los cantantes. Otro director con el que me siento muy a gusto es Enrico Onofri con el que acabamos de hacer una Creación de Haydn, una persona con la que todo fluye, todo es fácil. Y luego estoy buscando la financiación para mi proyecto de primera grabación discográfica en solitario, que estará dedicada a Manuel García, un gran compositor al que nosotros debemos difundir.

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