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Cultura

Hijo de un héroe de las capeasJosé Tomás no toreará en Madrid por desacuerdo económico

  • Las raíces de Juan Luis Rodríguez, de Albacete, debutante en Sevilla, entroncan con Dámaso González · Dos vástagos de banderilleros de Dámaso entre los toreros de ayer

LAS primeras andanzas taurinas de Dámaso González coincidieron con el final de la época de las capeas. La capea no existe en el imaginario sevillano del toreo. Habría que contar a los nuevos aficionados qué eran o fueron las capeas. Larga historia. No cabe aquí. Territorios de capea fueron Salamanca, Toledo, Ávila, Valladolid, Madrid, Cuenca, Guadalajara, Zaragoza, Navarra, La Rioja y Teruel. Casi media España brava. Una capea consiste en la lidia de un toro no necesariamente nuevo sino casi todo lo contrario. Lidia ajena al orden fijado hace siglo y medio. Una capea era un fósil de juego popular con toros toreados a pie. Escenario imprescindible era un recinto acotado de carros, talanqueras y carretas.

A ser posible la plaza mayor de un pueblo en fiestas. Y, a ser posible, un público tan feroz al menos como la propia bestia. El toro no se mata. Se torea. Las veces que haga falta. Y se dice exactamente así: "se torea". Y a ver quién sostiene lo contrario. Las dimensiones, la edad y las intenciones de los toros de capea han ido creciendo en la memoria a medida que las capeas empezaron a ser proscritas o ¿cómo decirlo sin que nadie se moleste...? a convertirse en espectáculos civilizados. En los pueblos de la feraz Alcarria, patria ideal del torero nómada y anónimo de las capeas, los gustos fueron cambiando. Como todo. En la bella Brihuega, perla de la comarca, se anuncia de un tiempo acá una pomposa Corrida de Primavera. Para primerísimas figuras de reparto. Asiste el todo Madrid. Del indomable toro viejo a la embestida pastueña de un animal ideado para florales fastos.

En otoño apareció un libro que evoca la agridulce magia de la última época de las capeas. Ilusiones y quimeras. Escrito, de su propia mano, por José Luis Gran alias Romito, que fue, primero, torero de lance en aquellas batallas; luego, novillero de regular fortuna; doblador de los encierros de Pamplona; y al fin, banderillero y bueno de cuadrillas de toreros aragoneses. Romito lo era y lo es: torero y maño.

Libro lleno de héroes. De toreros. También hay villanos. Como en la Divina Comedia. Romito rinde honores a toreros de capea que hicieron época. Especial homenaje a dos de ellos: uno, Miguel Márquez, que murió la primavera pasada; el otro es Dámaso. La historia de cómo Camará padre decidió apoderar a un Dámaso curtido en todas las capeas después de verlo tentar en una finca de La Carolina en 1965 es retrato de otra época. Tan distinta. Dámaso fue figura del toreo enseguida. Se le resistió Madrid mucho tiempo. Hasta que cayó Madrid. Y se le resistió Sevilla, pero no los toreros ni los ganaderos de Sevilla, ni los ganaderos y toreros del resto de Andalucía, que han sentido por él la admiración propia del caso. El caso de un torero que por pura vocación decidió hacerse torero como fuera. Y fue en las capeas. "Un día, en una capea, un toro me enseñó a torear", ha contado el propio Dámaso. Un cuarto de siglo vivió Dámaso como profesional y se manejó con distintos banderilleros.

Uno de ellos, Mariano Carriles, sevillano de Marchena, cayó fulminado en la tronera de un burladero por un infarto. En Valencia y en 1982. En sus últimos años de carrera Dámaso llevó siempre los mismos tres banderilleros: su hermano Julio y Juan Luis Rodríguez, como lidiadores, y, de tercero, Palomo de Albacete. Cuadrilla de gran eficacia, porque este Dámaso de la segunda parte era Miura, era Victorino, era el Conde de la Corte y era todo eso. El Juan Luis Rodríguez novillero que ayer debutó en Sevilla, y que con tanto temple toreó de capa, es hijo del Juan Luis Rodríguez que, poco más de metro y sesenta centímetros de torero, le bajaba la cara al toro que fuera con muy pocos lances. Héroe de las capeas fue. El Juan Parra que ayer lidió el tercero es hijo del Palomo de Albacete que tantas glorias compartió con Dámaso. Dinastías de capeas.

El matador de toros madrileño José Tomás no toreará finalmente en Madrid durante la temporada 2008, tal y como confirmó en primicia a Burladero el empresario de la plaza de Las Ventas, José Antonio Martínez Uranga. Después de las dilatadas negociaciones mantenidas por responsables del diestro y de la propia empresa Taurodelta, ambas partes no llegaron a un acuerdo económico y se responsabilizan mutuamente de no haber cedido en este sentido en las negociaciones. Las pretensiones del diestro madrileño para su vuelta a Madrid tras seis largos años de ausencia no han podido ser satisfechas y pese a definir las tardes, dos, e incluso hablarse de ganaderías, las de Victoriano del Río y Puerto de San Lorenzo, e incluso de compañeros, el tema económico ha frustrado la presencia del torero madrileño en la primera plaza del mundo. En cualquier caso, ninguna de las dos partes ofrece las cantidades que el torero exigía ni las que la empresa ofrecía, como ya sucedió en las negociaciones con la empresa de Sevilla.

De esta forma, la empresa descarta anunciar a José Tomás, no sólo ya en San Isidro y el Aniversario sino también en el resto de la temporada 2008 en Madrid.

Los carteles de la Feria de San Isidro, prácticamente cerrados, a falta de algunos puestos, se harán públicos el próximo martes 1 de abril.

En cuanto a los toreros sevillanos -como ya hemos ido informando en estas páginas- estarán presentes los matadores de toros El Cid, Morante de la Puebla, Antonio Barrera y Daniel Luque; los novilleros Agustín de Espartinas, Eliseo Gallardo y Pepe Moral y el rejoneador Diego Ventura.

El Cid es el diestro que más tardes hará el paseíllo este año en Las Ventas, al igual que también sucede en la Maestranza. El saltereño toreará en la monumental madrileña los días 11 y 31 de mayo, 6 de junio y en otra corrida dentro de la Feria de Otoño. Morante de la Puebla toreará dos tardes: el 15 de mayo y en la corrida de Beneficiencia. Un paseíllo hará Antonio Barrera, el día 13 de mayo, y Daniel Luque, en la corrida de su confirmación, que tendrá lugar el 5 de junio. En cuanto a los novilleros, el 6 de abril torearán Agustín de Espartinas y Eliseo Gallardo (que hará su presentación) y el 19 de mayo Pepe Moral. El rejoneador Diego Ventura hará doblete, toreando el 1 y el 8 de junio. Entre los escasos puestos todavía libres para la Feria de San Isidro cabe la posibilidad de que uno de ellos sea para el utrerano Luis Vilches.

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