MÚSICA

Israel Fernández: "En los Grammy Latinos tienen que dar al flamenco el sitio que merece"

El cantaor Israel Fernández y el guitarrista Diego del Morao en Sevilla.

El cantaor Israel Fernández y el guitarrista Diego del Morao en Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

Israel Fernández se ha convertido en uno de los grandes nombres del flamenco contemporáneo. El cantaor de Corral de Almaguer (Toledo) expresa en cada quejío, en cada letra y en cada nota una amplia amalgama de sensaciones. Es capaz de transportar a sus oyentes a otro universo, el suyo. A sus raíces, a sus orígenes, a su familia y a su cultura. Esta idea es la que ha tratado de imprimir en Pura Sangre. Un último trabajo –el quinto– con el que recoge aplausos, a cada paso, por parte de la crítica y del público. Era difícil superar la fuerza de su anterior disco, que llevó por título Amor. Pero ha vuelto a aliarse con el maestro Diego del Morao para confeccionar nueve joyas por tangos, martinetes, bulerías o fandangos. Esta noche se subirá por primera vez al escenario del Teatro de La Maestranza para inaugurar el ciclo Cita en Maestranza. La próxima vez que visite la capital hispalense posiblemente sea el 16 de noviembre para defender su trabajo en los Grammy Latinos. Ambas citas son una viva demostración de su éxito. Es capaz de enamorar a la crítica más experta y al público más joven.

-Nació en el municipio toledano de Corral de Almaguer. No creo que sea un lugar caracterizado por su afición al flamenco, como puede ocurrir en Andalucía por ejemplo.

–Siempre comparo el flamenco con el sol, porque es el mismo en todo el mundo pero hay que tomarlo. Lo que pasa es que en Andalucía se toma un poco más (Risas).

-¿Y su pasión de dónde viene?

–De mi familia. Me he criado en un ambiente muy flamenco en el que cantaban mis padres, mis tíos, mis abuelos...siempre había una fiesta sin motivo. Además mi raza gitana, que no tiene nada que ver, pero algo tiene que ver, porque siempre tiramos para el flamenco. Pero lo cierto es que es un don que Dios da y cuando te envenena ya no puedes salir de ahí.

-Pura sangre es un libro abierto de su vida. Habla de su familia, de su recorrido, del silencio, de sus raíces. Es muy biográfico.

–Sinceramente, es un disco que funciona como un retrato de mi persona, de mi familia, de mis padres y de mi casa. Pero también del silencio. Cuando compongo necesito silencio interior y exterior. Muchas veces hay mucho ruido y debemos hacer una limpieza que permita fluir.

-¿Qué significa la pureza para usted?

–La pureza la veo en una persona que sea sincera y que tenga mucha verdad. Eso sería para mi un Pura sangre. Musicalmente hablando sería la lealtad a lo que está bien hecho, porque lo que está bien hecho no hay que estropearlo. Como mucho hay que refrescarlo. Echarle un poco de agua como a las plantas.

-¿Cómo encaja las letras en los diferentes palos flamencos?

–Tiene que ver con la afición al cante, porque cada palo tiene una métrica. Después está la forma de sentir que teóricamente le des, pero ya el flamenco tiene su métrica. En este sentido, la inspiración viene del trabajo. Entonces me pongo a escribir notas y grabo audios según me viene la forma y ya busco el palo que mejor le venga. Pero no pienso uno en concreto. Escribo y ya después lo encajo.

-En este proceso creativo el papel de Diego del Morao será fundamental.

–Es uno de los guitarristas con más influencias y personalidad en esta época. Me da mucha seguridad e inspiración para crear. Cada minuto que estoy con él aprendo muchísimo. Compartir tiempo con Diego es un regalo.

-Afronta la carrera hacia los Grammy Latinos con este trabajo. ¿Cómo ve la nominación?

–Estoy muy agradecido a la Academia Latina de Grabación y a todos los que han hecho posible el álbum. Tengo mucha ilusión y más teniendo en cuenta que se celebran en mi tierra, porque a Sevilla la considero mi casa. Estoy muy feliz por ello.

-Además el flamenco tendrá una enorme presencia en la celebración.

–El flamenco para mí es como mi padre. Quiero aportar mi granito de arena con todo mi corazón y en los Grammy Latinos tienen que darle el sitio que merece. Después el género fluye como el agua de los ríos.

-Después del éxito que cosechó Amor, ¿ha tenido que tomar distancia para volver a crear?

–Claro. No se puede crear pretendiendo. La creación viene de la inspiración, de la información y de los cánones que uno tiene. Para crear hay que vivir. No se puede inventar si no se ha vivido. Por eso este disco es bastante diferente.

-Ha colaborado con artistas de otros géneros. No teme a nada

–Que va. Yo comparo la música con dos cosas: con el amor y con la comida. El amor tiene que venir solo. No te puedes enamorar a la fuerza de nadie. Y la comida tienes que comerla con hambre para que no te siente mal. Con las mezclas de la música pasa lo mismo. Puedo hacer algo con el jazz o con la electrónica dentro del amor y de una experiencia con ánimo de aportar. Mi mezcla no es de laboratorio, sino de amistad con los instrumentos. Intento que se lleven bien musicalmente hablando.

-¿Qué debe tener una propuesta para que quiera colaborar?

–Me tengo que llevar bien con la persona con la que vaya a hacer el trabajo o la producción. Primero, me tiene que gustar su personalidad y su forma de sentir. Después, hablamos de música.

-Entonces para trabajar con otro artista, por ejemplo Omar Montes, tiene que conocerlo previamente.

–Eso es. Yo conocía a Omar mucho antes de hacer música y como tiene un corazón tan bonito hicimos algo juntos. Es importante que tengan un buen gusto musical y seamos compatibles dentro de nuestras diferencias melódicas.

-Se aleja del marketing en el que hay que sacar colaboraciones casi a la fuerza.

–Sí, totalmente. A mí me gusta hacer las cosas sin calzador y disfrutar de otros compañeros de diferentes culturas musicales, porque mi vida es la música y no hay nada más bonito que compartir.

-Me recuerda a una conversación con su compañera Queralt Lahoz en la que me comentó que estamos equivocados al pensar que la pureza es hacer siempre lo mismo.

–Totalmente, estoy de acuerdo. Paco de Lucía decía que hacer una réplica de algo que tiene cien años no es pureza. Es una copia. Lo puro es cuando algo sale de verdad, dentro de la información y la afición que hay que tener. Sin perder el respeto a lo que ya está hecho.

-El flamenco vive su mejor momento.

–El flamenco está en un momento muy bonito, porque viene mucha gente joven. Los jóvenes son el futuro y me da mucha alegría verlos. Son el motor de mi inspiración. Mi mayor ilusión es que se acerquen al flamenco y lo disfruten.

-¿Hacia dónde cree camina?

–El flamenco es como el universo: infinito. No tiene carreteras. El flamenco camina hacia los corazones sensibles.

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