Manuel Cañadas recupera las ganas de bailar gracias a su álter ego Petroff

Dice el coreógrafo y bailarín Manuel Cañadas que cuando pensaba en cómo dar forma a ¡Petroff sólo quiere bailar!, la pieza que hoy y mañana lleva al Teatro Central, se "imaginaba todo el rato bailando. Era una idea tan agotadora que pensaba que no podría hacerlo".

Malagueño afincado en Sevilla desde comienzos de los 90, formado inicialmente en el ámbito flamenco, Cañadas pasó por diversas compañías, también como actor, antes de poner en pie su propio proyecto, Perros en Danza, en 1997. Junto a las producciones propias, varias de ellas galardonadas en distintos certámenes, ha colaborado además como coreógrafo en montajes de terceros (Niños Perdidos, Danza Mobile...). Ese despliegue de actividad parece haber sido la causa que lo ha mantenido relativamente apartado durante los últimos años de la interpretación en solitario, justo a la que volvió con esta pieza, estrenada el pasado verano en el Festival de Teatro de Palma del Río e irónicamente subtitulada Coreografía panfletaria para momentos de crisis. "Me costó porque no tenía nada que contar. Tienes que tener una motivación clara para pasar una hora en el escenario sin máscaras", explica.

"Quizás fuera justo lo contrario -interviene la directora del montaje, Belén Lario de Blas-, que tenía tanto que contar que no sabía por dónde empezar".

Lo que cuenta parte "de unos textos que escribí hace años, en los que analizaba qué había sido de mi vida en relación con la danza, qué había conseguido y qué había perdido, e incluso cómo en el camino te machacan tu propio ego o las críticas. No era un buen texto, pero Belén supo interpretarlo bien. Ella le dio a Petroff el colchón perfecto". Y como ya indica el título, Petroff, el protagonista de este solo de 55 minutos, "sólo quiere bailar, porque bailar es su forma de pasar por la vida con elegancia".

Respecto al poso flamenco, dice que nunca lo abandonará. "Me gusta y lo siento, y de hecho creo que parte de la evolución de la danza contemporánea viene hoy del flamenco", afirma lanzando una idea que Manuel Llanes, director artístico del Central, completa: "La de Israel Galván probablemente sea la mejor compañía de danza contemporánea que tenemos hoy en España". Ahí queda.