El legado de la poeta María Victoria Atencia permanece desde este martes en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes de Madrid, donde la autora presentó el recopilatorio de poemas Una luz imprevista, un recorrido por la poesía de esta integrante de la Generación del 50 que va "de la sazón a la desazón". La institución quiso rendir un doble homenaje a la poeta, que ha cumplido 90 años, dando a conocer la publicación de este recopilatorio y depositando su legado en el Instituto Cervantes, de cuyo Patronato forma parte la escritora, que posee el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2014.

Acompañada por sus hijas, la editora de su nuevo libro Rocío Badía, su secretaria y su nieta, Atencia dejó en la Caja de Las Letras objetos "escogidos cuidadosamente desde el cariño y el aprecio", entre los que destacan un estuche editado por la Diputación de Málaga con un CD y un DVD de grabaciones de poemas leídos por la autora. También deja para sus herederos, que accederán a la caja en 2072, un daguerrotipo con su imagen.

En Una luz imprevista, señala el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, "vemos la evolución de una poeta que busca con serenidad su propia mirada, conformando en cada diálogo un mundo interior muy intenso", desgrana el granadino sobre la obra de María Victoria Atencia, autora de una "poesía meditativa y espiritual".

"A primera vista pueden parecer surreales, pero bajo los poemas de María Victoria laten anécdotas autobiográficas, sucesos y hechos de su vida", explicó la editora de la obra Rocío Badía.

En el acto, la escritora (Málaga, 1931), rodeada por su familia y emocionada, leyó los poemas Marta y María y Papel, que dedica a Rafael León, "un compañero de toda la vida".