Pese a su brevedad, apenas dos semanas, la exposición conmemoraba un acontecimiento de alcance. Durante dos semanas han podido verse en la Plaza de los Terceros cuadros, grabados, dibujos y carteles de la galería La Pasarela. Fue la primera que en Sevilla jugó con decisión la baza del arte moderno y ahora se cumplen 50 años de su inauguración. Es cierto que para ponerla en marcha no ahorraron esfuerzos Carmen Laffón, Teresa Duclós y José Soto, pero este empeño no hubiera bastado sin la decisión de Isidro-Enrique Roldán, que dedicó aquel local a galería de arte y así lo mantuvo pese a la indiferencia de la mayoría de la ciudad. La Pasarela fue lugar de encuentro de artistas sevillanos con ideas y concepciones muy diferentes. La reciente exposición lo ha atestiguado. También fue un estímulo para los artistas jóvenes gracias a un premio anual que llevaba consigo una exposición: en sucesivas ediciones colgaron allí sus obras Juan Suárez, José Ramón Sierra o Gerardo Delgado, entre otros. La Pasarela además mantenía cordiales relaciones con la galería Juana Mordó, por lo que pudo exponer obras de autores como Fernando Zóbel, Gerardo Rueda o Lucio Muñoz. Los carteles de la reciente muestra levantan acta de ello. La Pasarela, pues, es un punto de referencia en la modernidad artística de Sevilla. Convendría que las instituciones lo tuvieran en cuenta.