CULTURA

N de Novela, el nuevo sello de Planeta que macera savia nueva

Los escritores Lara A. Serodio y Cristian Schleu.

Los escritores Lara A. Serodio y Cristian Schleu. / M. G.

"Cuando te subes a una montaña rusa, todos los vapuleos son emociones y sensaciones sin orden ni sentido mientras que, desde fuera, las subidas y bajadas no tienen más misterio que el de unir el principio con el final". Esta reflexión que da arranque a la novela La piel infiel también tuvo que pasar por la mente de su autora, Lara A. Serodio, cuando fue elegida para estrenar el nuevo sello de Planeta: N de Novela. Una firma que tiene la premisa de impulsar a escritores noveles con enorme calidad literaria. Serodio comparte debut con el barcelonés Cristian Schleu y su gastrothriller Muerte en tres texturas. Dos propuestas a las que seguirá un título distinto cada mes.

Aunque La piel infiel gira alrededor de la infidelidad de Emma –una treintañera atrapada en el asfixiante día a día de una agencia de comunicación– la historia de esta joven va más allá. La irrupción en su vida de Alexis hará que estallen por los aires temas como la ansiedad laboral, la insatisfacción con uno mismo o la caída en la monotonía. Y el derrumbe de las cartas de este castillo de naipes es tan natural que cualquiera podría sentirse identificado.

Lo lógico sería castigar a la heroína de la novela por todas las decisiones –reprobables– que toma. Sin embargo, La piel infiel no condena. De hecho, "pido que el lector se enfrente a la novela sin juzgar a la protagonista", señala la escritora a este periódico. "Emma comparte su historia para tratar de ponerla en orden porque, dentro del embrollo, ella tomó las decisiones que tomó porque no las acababa de entender". Y sólo se pueden obtener respuestas cogiendo perspectiva.

La autora recalca que su principal pretensión no era abordar la infidelidad desde el punto de vista femenino, sino explorar el sentimiento de culpabilidad y el concepto de amor romántico a lo largo del viaje de Emma. "El hombre es infiel porque le sale de forma natural y la mujer lo es, pero está rompiendo la estructura de sociedad patriarcal y familiar", manifiesta la escritora y apunta a que "siempre que la mujer establece este tipo de relaciones” extramatrimoniales "no es capaz de distanciarse de manera emocional". "En este caso, Emma no quiere convertirse en un vibrador humano y busca que sus prioridades también se pongan por delante"

La obra tiene cierto aroma a Madame Bovary del siglo XXI. Mientras que la protagonista de Gustave Flaubert es presa de sus propios sueños, la heroína de Serodio afronta una crisis provocada por la sobrecarga laboral, por la rutina y por las imposiciones sociales una vez pasada la barrera de los treinta. La importancia de "ir tachando las casillas" en cuanto a "casarse o tener un hijo" provoca que "tirar por la borda el castillo de naipes" tenga más peso. Quizás por este motivo, "todas las decisiones que toma Emma giran alrededor de una historia de desamor" apostilla la escritora.

Un crimen con estrella Michelin

Como contrapunto a este relato, N de Novela publica –en paralelo– Muerte en tres texturas de Cristian Schleu. El thriller más trepidante se conjuga con el ritmo frenético de un restaurante de alta gastronomía. Philippe Bouvier, chef del restaurante londinense The White Spoon, junto a su ayudante japonés, Tsu, tendrán que ayudar a Scotland Yard para desenmascarar a un asesino en serie. La particularidad de este criminal es que los cadáveres aparecen sentadas a la mesa con el abdomen abierto y sin vísceras. Dejando al descubierto un agujero en cuyo interior se encuentra el bolo alimenticio perfectamente presentado y emplatado.

Precisamente este punto es el que, según el autor, confiere cierta empatía al psicópata de la novela. "Son personas súper narcisistas que no muestran benevolencia con el sufrimiento humano y pensé que la empatía que podría tener el asesino, la mostraría con los emplatados y con los alimentos", señala Schleu. Además, matiza que para el psicópata que ha confeccionado es de suma importancia "el uso de aromáticas o la decoración con brotes y especias". Además, "esto me ha permitido alejarme del gore en el que no me quería recrear, porque la puesta en escena es como un cuadro" que hace que el lector "se rompa la cabeza".El escritor y publicista no duda en afirmar que su ópera prima tiene todos los ingredientes que a él mismo le gustaría encontrar en una novela. Muerte en tres texturas aúna gastronomía, redes sociales, realities y novela negra: "Intento imprimir un carácter vertiginoso, muy centrado en los personajes y procuro que el lector se sienta lo más cómodo e identificado posible".

Más allá del crimen y la búsqueda del asesino en serie, el escritor ha hecho especial hincapié en que el lector se sienta identificado, "no con la trama, porque no es normal que Scotland Yard te pida ayuda para resolver una investigación", pero sí a través de las subtramas que se generan cuando el chef se quita la chaquetilla. Y es que el protagonista debe lidiar con el duelo por la muerte de su esposa y con la convivencia de una hija adolescente que apenas le hace caso. Sus problemas, virtudes y defectos son fácilmente identificables: "No sólo me he dedicado al tema de la visceralidad, también he abordado otros dilemas del día a día que enriquecen la trama principal y la hacen más de carne y hueso".

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