RAFAEL MUÑOZ TORRERO Y JULIO MOGUER | CRÍTICA

De los teatros a los salones

Rafael Muñoz Torrero y Julio Moguer en el Alcázar.

Rafael Muñoz Torrero y Julio Moguer en el Alcázar. / ACTIDEA

Los Palatín forman una saga musical de impresionante pervivencia a lo largo de más dos siglos cuanto menos, aunque hay quien dice que desde el siglo XVI siempre hubo algún Palatín dedicado a la Música en Sevilla. El primer diccionario de la Música lo publicó en Sevilla en 1818 un Fernando Palatín, antecesor del otro Fernando Palatín que nació en Sevilla en 1852 y que falleció en la misma ciudad en 1927 tras una exitosa vida como violinista y director de bandas y orquestas por media Europa. Virtuoso del violín, formado en Sevilla y París, fue también, como era habitual, compositor de abundantes obras para sí mismo pensadas para su lucimiento en conciertos y soirées en salones aristocráticos. El ramillete de obras que Muñoz Torrero ha rescatado gracias a su tesis doctoral sobre Palatín, y a la espera de conocer obras de mayor enjundia como su concierto para violín y orquesta, presentan el doble perfil de las piezas de salón, amables, sentimentales, melancólicas y de fácil asmilación; y las de mayor lucimiento personal, mucho más virtuosísticas, como las fantasías “española” y sobre Carmen. En estas dós últimas Muñoz Torrero, ya metido en faena, dio cumplida cuenta de todos los recursos técnicos, como los glissandi, las dobles y triples cuerdas y los bariolages, siempre con precisión. Especialmemte brillante fue la Fantasía española, con la creciente acumulación del Vito, la Malagueña y la Jota.

Con el concurso de un Moguer en pleno dominio del instrumento y de sus colores (magnífico su protagonismo en Elegía), Muñoz Torrero se adaptó también al estilo más de salón con amplio vibrato, portamentos y rubato, pero sin caer nunca en lo almibarado. Le costó algo encontrar la definición exacta del sonido en las primeras piezas, con agudos quebradizos y graves poco consistentes, pero pronto se instaló en unas bellas tonalidades aterciopeladas y en agudos restallantes.

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