La emoción que embargaba el discurso que Mariano Bellver pronunció ayer en la Casa de los Pinelo es lógica si se tiene en cuenta que la medalla de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, que recibió ayer de manos de Isabel de León, presidenta de la corporación, es la primera gran distinción que el matrimonio recibe tras la histórica donación de todos sus bienes artísticos a la ciudad de Sevilla y que se podrá admirar en una exposición de sus pinturas en el museo de Bellas Artes en otoño. Un reconocimiento que llega, no obstante, tras un largo compás de espera en el que las administraciones implicadas en el proceso, Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Sevilla, han dilatado los trámites para materializar la donación.

Arropado por numerosos académicos, entre ellos Cayetana de Alba y Curro Romero así como personalidades vinculadas a la corporación como la egiptóloga Myriam Seco, Mariano Bellver quiso agradecer la condecoración con la cesión a la academia de dos de las obras que atesora en su casa: Retrato de señora del Conde de Aguiar y El cónsul de Holanda de José Villegas.

Estas dos piezas forman parte de un patrimonio artístico en el que sobresale, recordó Bellver, sus "300 pinturas, sobre todo retratos, de maestros sevillanos del siglo XIX y XX, reunidas con grandes esfuerzos durante toda una vida". Unos fondos artísticos que podrían incrementarse hoy con la adquisición de nuevas obras en la subasta que Arte, Información y Gestión celebrará en Cajasol y en cuya última convocatoria adquirió un cuadro del romántico francés Blanchard, Festejo en la puerta de Carmona, por 130.000 euros, la cifra más alta de la convocatoria. Esta labor, dijo en los Pinelo, "sigue el modelo plasmado por grandes coleccionistas como José Gestoso y Rafael González Abreu", que con sus donaciones contribuyeron a engrandecer el patrimonio local.