Queremos más baile clásico español
El espectáculo consta de dos partes muy distintas. Una flamenca, protagonizada por Carmela Greco, compuesta de guajira y taranto. La coreografía e interpretación resultó desangelada y antigua. No acompañó el cante amanerado de Maya, que maltrató Madrina en un número musical en solitario. Mejor el toque sereno de Gabarri.
Más interesante resultó la parte protagonizada por Lola Greco. Una visión muy personal del baile, que mezcla elementos del clásico español, entendido a su particular manera, con coreografías muy teatrales de fragmentos operísticos. Lo mejor de la noche fue la interpretación de Lola de una coreografía de su madre, Lola de Ronda, de un fragmento de Goyescas de Granados: con su punto arqueológico, la suavidad en las maneras, casi aéreas, y la austeridad en los palillos. En esta línea la versión de un fragmento de la Sinfonía Española de Lalo a cargo de Velasco, que en su corrección y pulcritud rozó, o se instaló plenamente, en el kitsch. Una buena idea incluir entre estas españoladas la banda sonora de Hable con ella, de Alberto Iglesias-Vicente Amigo, un paso a dos que mezcló el clásico español con la expresión dramática marca Greco. Un espectáculo misceláneo que es un homenaje a los antepasados, de esta madrileña hija de italiano, uno de los excasos exponentes contemporáneos de eso que en otro tiempo se llamó clásico español.
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