Resuelta la contratación del gerente, aún tiene la ROSS que solventar la de su director artístico, vacante desde que a finales de 2019 cumpliera el contrato de John Axelrod. Mientras ese nombramiento llega, la orquesta ha presentado una temporada, supuestamente de transición, para los tiempos excepcionales que vivimos. Recién llegado a la gerencia Pedro Vázquez no parece que sus proyectos hayan tenido tiempo de quedar reflejados en una programación que si se caracteriza por algo es por ser notablemente convencional.

La formación sevillana mantiene los catorce programas de abono de los últimos cursos, aunque ahora los divide en dos ciclos, para poder dividir igualmente la venta de entradas, ya que los del primer ciclo incluirán cinco programas con aforo limitado a 800 espectadores y los del segundo serán nueve con el aforo completo.

El así llamado Ciclo de Otoño recoge pues cinco programas de corte clásico (hay mucho Mozart y mucho Beethoven), que admite el uso de orquestas reducidas, con la idea de ajustar su tamaño a la realidad epidemiológica. Un planteamiento acertado. Lo que no entiendo es por qué piensan que justo con el Año Nuevo podremos empezar a vivir de espaldas a esa realidad. Parece un gesto más voluntarista que realista.

Dos directores veteranos, y bien conocidos del conjunto, como Michel Plasson (Gounod, Fauré, Ravel) y György Ráth (5ª y 6ª de Beethoven) abrirán y cerrarán el ciclo. Entre medias, el mexicano Carlos Miguel Prieto (Revueltas, Rodolfo Halffter y Concierto nº4 de Beethoven, con el joven uzbeko Evgeny Konnov como solista). Los otros dos programas serán dirigidos por los concertinos de la orquesta (Paçalin Zef Pavaci y Éric Crambes), en el primero de los cuales la soprano Lucía Martín-Cartón cantará páginas de Mozart y Rossini y se interpretará también la 4ª de Beethoven.

La joven soprano vallisoletana Lucía Martín-Cartón.

Ese repliegue hacia lo clásico, toma en el segundo ciclo de la temporada (llamado Ciclo 30 aniversario) un sentido diferente, una apuesta por los directores españoles. Serán seis de nueve: Juan Luis Pérez, Rodrigo Tomillo, Pablo González, Ernest Martínez Izquierdo, Lucas Macías y Juanjo Mena. De ellos, el sevillano Tomillo y el onubense Macías debutan en programa de abono con la orquesta. De los tres restantes, Marc Soustrot, viejo conocido del conjunto, hará la conmemoración del concierto del 30 aniversario repitiendo el repertorio de aquel histórico 10 de enero de 1991 en el Lope de Vega, esto es: La procesión del Rocío y Sinfonía sevillana de Joaquín Turina, Cuadros de una exposición de Mússorgski en la orquestación de Ravel.

La estonia Anu Tali aprovechará su estancia en la ciudad como directora musical de la Carmen del Maestranza para ofrecer un programa que incluye el juvenil Concierto para piano de Clara Schumann, que tocará el armenio Levon Avagyan. Nuno Coelho (Oporto, 1989), ganador en 2017 del prestigioso Concurso de Cadaqués completará la nómina de directores con un programa que incluirá una selección de los Knaben Wunderhorn de Mahler que cantará el joven bajo eslovaco Peter Kellner.

La directora estonia Anu Tali (Tallín, 1972).

Entre el resto de solistas destacan Juan Pérez Floristán, que hará los dos conciertos de Ravel con la batuta de su padre, la violinista japonesa Akiko Suwanai (1º de Prokófiev junto a Tomillo), el pianista hispano-cubano Leonel Morales (1º de Brahms con González) y el clarinetista finés Kari Kriikku (Concierto de Kaija Saariaho con Martínez Izquierdo). Además de dirigir, Lucas Macías hará el otoñal Concierto para oboe de Richard Strauss. La temporada se cerrará, ya en julio, con una 9ª de Beethoven dirigida por Mena.

Aparte las dos obras de Saariaho (Ciel d'hiver acompañará al Concierto para clarinete), la poco habitual Les offrandes oubliés de Messiaen y la presentación de una pieza del catalán Marcos Fernández Barrero (Barcelona, 1984) como ganadora de los Premios de Composición AEOS-Fundación BBVA, el repertorio de obras es muy tradicional e incluye 1ª de Brahms, 8ª de Dvorák, 5ª de Sibelius, 4ª de Mendelssohn, 85 de Haydn, La valse de Ravel (el compositor de mayor presencia en el curso junto a Beethoven) o El pájaro de fuego (eso sí, completo) de Stravinski. No hay un sólo estreno: los previstos para este año de Gallardo del Rey y Carretero, cancelados por la pandemia, no se han reprogramado, al menos de momento.

Los programas fuera de abono son más o menos los de siempre, aunque cabe reseñar que la ROSS participará en el prestigioso Ciclo Palau 100 del Palau de la Música de Barcelona, con el programa finlandés dirigido por Martínez Izquierdo (Saariaho y Sibelius). En cuanto al Ciclo de Cámara (este año sin el patrocinio de ELI), se compondrá de diez conciertos, entre los cuales se incluyen tres de los que tuvieron que suspenderse en la primavera pasada. Los cuatro anteriores a Navidad girarán en torno a Beethoven, destacando la presencia de música muy poco frecuentada del genio alemán.

Tras dos temporadas truncadas al final (la 18-19 por la huelga de músicos, que obligó a la cancelación de cuatro conciertos; la 19-20 por la pandemia, que se ha llevado por delante una veintena de ellos), la ROSS se juega mucho en el año de su trigésimo aniversario, un año en el que la normalización resultará difícil. El gran reto del futuro pasa por la ampliación de la base de sus seguidores. Ya se verá si el repliegue de esta programación permite el salto adelante que ello supondría.