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Andalucía brilló anoche en los XXII Premios Cinematográficos José María Forqué, que conceden los productores de cine agrupados en la asociación de gestión de derechos audiovisuales (Egeda), y que por primera vez se entregaron fuera de Madrid, en una gala celebrada en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. La velada, retransmitida por TVE y presentada por Carlos Latre, estuvo presidida por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Iñigo Méndez de Vigo, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y la presidenta de la Junta, Susana Díaz, para quien acoger la cita suponía "el reconocimiento a la apuesta que se está haciendo en Andalucía por la industria cultural".
El thriller Tarde para la ira, ópera prima de Raúl Arévalo, se proclamó vencedor de estos galardones considerados antesala de los Goya, al llevarse el premio principal, el de mejor película. Arévalo se impuso a consagrados como Almodóvar o Juan Antonio Bayona, y al director sevillano Alberto Rodríguez (El hombre de las mil caras), que se fue de vacío, así como a Salvador Calvo (1898. Los últimos de Filipinas) y a Rodrigo Sorogoyen. La cinta de este último, Que Dios nos perdone, se llevó al premio a mejor actor para su protagonista Roberto Álamo, que no pudo acudir a Sevilla por tener una función teatral en Madrid, pero que dedicó el premio a través de un vídeo "a los actores que no tienen trabajo".
Julieta, de Pedro Almodóvar, era la cinta que partía como favorita al estar nominada a tres de las categorías a concurso, y se llevó el premio a mejor interpretación femenina para Emma Suárez (Madrid, 1964), que coronó así uno de los mejores años de su carrera. Suárez se impuso a Carmen Machi por La puerta abierta, Bárbara Lennie por María y los demás, Anna Castillo por El olivo, a su compañera de reparto en Julieta Adriana Ugarte y a Inma Cuesta, que fue recibida en los accesos al Teatro de la Maestranza con gritos de "ganadora" por sus numerosos seguidores.
Suárez, que acaba de rodar una película con el director mexicano Michel Franco, declaró a este medio que "premios como éste te hacen muy feliz porque demuestran que no estás sola. Hacer cine es muy difícil y doloroso, en el proceso te sientes muy solo y esto significa que la gente comparte contigo esa creación". "Pedro Almodóvar es un director muy exigente, apasionado y que entrega su vida a su vocación, que es hacer películas. Trabajar con él es un desafío que merece la pena porque los resultados siempre son positivos", añadió Suárez, tras agradecer sus otros trabajos de 2016 con Isaki Lacuesta, Miguel del Arco y Ana Rodríguez.
El primer galardón que se entregó anoche, el de mejor documental, distinguió a Nacido en Siria, de la productora sevillana La Claqueta, que justo la víspera celebró sus primeros 15 años de vida con una gala animada por Carlos Jean. Olmo Figueredo, director gerente de La Claqueta, recogió el premio junto con Hernán Zin, director de esta cinta lacerante y comprometida que se presentó en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla.
Uno de los momentos más emocionantes de estos Premios Forqué, que se conceden anualmente desde 1996, se vivió con la entrega de la Medalla de Oro al productor Antonio Pérez, de Maestranza Films, que se lo dedicó a su madre, fallecida la víspera, "quien me enseñó los valores a través de las películas". Fue Enrique Cerezo, presidente de Egeda, el encargado de entregarle un trofeo que reconoce su valiosa contribución al cine andaluz, especialmente a partir de Solas, la cinta con la que comenzó este fenómeno. El también productor de Nadie conoce a nadie, La voz dormida o Lejos del mar recordó, entre los muchos realizadores con los que ha compartido su carrera, a Benito Zambrano, director de Solas, y Francisco Javier Gutiérrez, con el que rodó 3 días y que ahora es una estrella en Hollywood.
El ciudadano ilustre, coproducción hispanoargentina dirigida por Gastón Duprat y Mariano Cohn y protagonizada por Oscar Martínez (ganador de la Copa Volpi en el Festival de Venecia) se alzó además con el premio a la mejor película latinoamericana, en tanto que Graffiti, filmado en Chernóbil, se llevó el Premio Forqué al mejor cortometraje. Por último, el Premio al Cine y Educación en Valores, que este año se entrega por segunda vez, fue para Un monstruo viene a verme, de Juan Antonio Bayona.
Por la alfombra roja instalada frente al Hospital de la Caridad desfilaron anoche, además de los nominados, muchos rostros conocidos del cine y la televisión españoles. Paz Vega, José Coronado, Imanol Arias, Eduardo Noriega, Verónica Forqué, Natalia de Molina o María León fueron algunos de esos intérpretes que compartieron su glamour con el público y con los representantes institucionales, entre los que no faltaron vestidos de gala Teresa Rodríguez, que aprovechó para pedir la bajada del IVA cultural, y José María González Kichi de Podemos, o Marta Rivera de la Cruz (Ciudadanos). El buen humor y las ganas de celebrar el que ha sido "un año espléndido para el cine español", en palabras de Coronado, marcaron el espíritu de la noche. Como afirmaba Inma Cuesta, que trabaja ya en una nueva serie para Telecinco llamada El accidente, "lo más importante cuando ruedas una película es la entrega y la pasión que pones en hacer lo que realmente te gusta".
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