DIRECTO
Sigue la Lotería de Navidad 2025 en Sevilla

Tracey Emin se desnuda en Málaga

En su primera exposición en España, la artista inglesa resume dos décadas de trayectoria a través de 80 piezas

Tracey Emin, fotografiada el viernes en el CAC de Málaga.
Rocío Armas / Málaga

30 de noviembre 2008 - 05:00

Provocadora, transgresora y honesta con su pasado. Tracey Emin (Londres, 1963) cabe en cualquiera de estos atributos y en otros muchos que la crítica le ha despachado en sus veinte años de trayectoria. Su obra vomita su vida y viceversa. El sexo, la familia, la infancia, el embarazo, los abortos y, sobre todo, el poso traumático construyen cada una de sus exposiciones. Ahora, en su primera visita a España, la artista llega a Málaga para desnudarse en dos décadas de creación. El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC) acoge hasta el 22 de febrero 80 piezas realizadas en los soportes más dispares: desde mensajes bordados sobre colchas, hasta pinturas, dibujos, escritos, fotografías, esculturas, películas y neones.

"Hay gente a quien no le gusta mi obra porque es estrecha de miras, poco comprensiva y no está conectada con mi alma", sentencia Emin, en línea directa con esos críticos que reniegan de su estilo. "Creo que me odian", afirmó.

Una de las instalaciones que más polémica ha suscitado allí donde se ha visto es My Bed, expuesta en la Tate en 1999 sin dejar indiferente a nadie. En el epicentro de la sala, Emin coloca una cama deshecha con todo tipo de residuos, desde preservativos ensangrentados hasta ropa interior sucia. Para su asombro, en la presentación en Japón el público se indignó más por la presencia de zapatillas sucias; "en Nueva York no sorprendió tanto, ya habían visto de todo", y en Londres "se volvieron locos, la situación les descontroló", explica.

Emin es doctora honorífica del Royal College of Art de Londres, doctora en Letras (por la University of Kent) y en Filosofía (por la London Metropolitan University). Fue premio del jurado de la Bienal de El Cairo 2001 y representó a Gran Bretaña en la Bienal de Venecia de 2007. Ante la duda, se posiciona y aclara que su arte no es fruto de la espontaneidad. "Estudié siete años, en el fondo me considero muy tradicional. Conozco los fundamentos del arte y creo luego mi propia visión", reitera.

Cada creación de Emin lleva un inquietante título a cuestas. No es la forma en la que quiero morir da nombre a una gran instalación de metal reciclado y vigas de madera, a modo de montaña rusa, que la artista realizó en 2005. "Mi arte no es algo restringido. Me escriben soldados desde Iraq, presos, gente que nunca antes se habían acercado al arte o a una exposición", advierte la autora, perteneciente a la generación de los Young British Artists de principios de los 90 y referente de la creación vanguardista en Gran Bretaña.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

El extranjero | Crítica

Ozon no puede con Camus

Lo último