Ana Duato: “No es distinto el teatro de una serie: siempre partes de la verdad”

La actriz interpreta junto a Darío Grandinetti, este sábado en el Cartuja Center, ‘La música’ de Marguerite Duras, su regreso a los escenarios tras un cuarto de siglo

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Ana Duato abraza a Darío Grandinetti en una escena de 'La música'.
Ana Duato abraza a Darío Grandinetti en una escena de 'La música'. / Diego Miranda

Una antigua pareja, Anne Marie y Michel, se reúne una noche antes de la separación definitiva que supondrá el divorcio. Quizás para engañarse y decirse que aún se quieren, o para hacer inventario de las heridas que arrastran, esos amantes que se habían distanciado rompen el dique de su incomunicación y hablan de quienes creyeron ser, de quienes son ahora. La mujer y el hombre fueron concebidos por Marguerite Duras, que retrató a ese matrimonio en La música, y hoy poseen las facciones de Ana Duato y Darío Grandinetti, los protagonistas de la obra que dirige la también actriz Magüi Mira y que llega este sábado, a las 21:00, al Cartuja Center.

Para Duato, que atiende por teléfono a este periódico, Duras habla en el texto “de los imposibles, también de las contradicciones de la vida, de las conexiones humanas”, dice sobre una escritora que “volcaba en su literatura y en sus personajes cómo era ella, una mujer a la que le interesaban la vida y la muerte, el destino y el azar, la libertad y la independencia pero también las ataduras del amor”.

Un vínculo que asfixia a “esta pareja que se ha hecho daño, pero que cuando se reúne para firmar el divorcio comprueba que aún quedan rescoldos de la pasión que sintieron”, cuenta la actriz valenciana, para quien la obra “retrata algo muy real, esa pregunta que se hacen las parejas de por qué en su momento no se dijeron las cosas. Una percepción que igual no se corresponde con la verdad, porque la memoria es muy caprichosa y cada uno recuerda el pasado de una forma diferente”.

La actriz, con la directora Magüi Mira y Darío Grandinetti.
La actriz, con la directora Magüi Mira y Darío Grandinetti. / Sergio Parra

Duras escribió La música en 1965, y lo concibió como un proyecto para la televisión inglesa. Han transcurrido seis décadas de ese momento, pero para Duato “todo sigue siendo vigente. Hoy hablamos de la libertad de la mujer de una manera mucho más natural que en esa época, pero eso lo planteaba Marguerite, porque creía en ello y porque le gustaba provocar y cuestionar lo establecido. Se pasaba la opinión pública por el forro, digámoslo así”, sostiene la intérprete, que aquí encarna a una mujer “herida”, que “se ha autodescubierto, que ha proyectado la Anne Marie que quiere ser, que decide ya por sí misma y que si tiene una relación con un hombre será como un igual”.

La música supone el regreso a los escenarios de Duato después de, nada menos, un cuarto de siglo sin pisar el escenario. “Ten en cuenta que estuve 22 años con Cuéntame cómo pasó, que tuve dos hijos y estuve pendiente de ellos. Para el teatro hay que tener tiempo, y yo no lo tenía”, explica, antes de reconocerse “feliz” de reincorporarse a las tablas con una directora “que busca la excelencia, y que ha evitado la lectura anodina y realista de dos amantes que se tiran los trastos a la cabeza” y un compañero como Grandinetti, “en el que puedes confiar y que permite que cada función ocurran cosas milagrosas”.

El texto de Duras habla de “los imposibles, de las contradicciones 
de la vida"

“En la televisión, en el cine o en el teatro”, sopesa la intérprete, “al final no hay al final tanta diferencia: partes desde la verdad siempre. Aunque si actúas ante un público, éste respira y siente, y puede hacer que la obra sea distinta. Sí, tal vez sea diferente, el teatro, tal vez sea un salto al vacío”, concede.

Duato hace memoria cuando se le pregunta por los directores a cuyas órdenes se puso, maestros como Pilar Miró, Mario Camus, Berlanga o Miguel Narros. “Con Miguel hice en el 92 La fiesta barroca, donde Magüi y yo coincidimos. Creo recordar, no estoy segura, que ella representaba a la lujuria, y yo era la gracia”, rememora entre risas, y después repite con añoranza los nombres que se le han dicho. “Buah, ¡es que yo he trabajado con gente muy grande!”, exclama. ¿Qué aprendió de ellos? “Me enseñó mucho la mirada tan profunda que dirigen a los personajes, a nuestra labor. Cuando interpretas te metes en la piel de los otros, y entiendes que la condición humana es muy compleja. Y esos directores me ayudaron a ver las capas”, defiende Duato, que pese a su veteranía no quiere dar consejos a sus hijos, los actores Miguel y María Bernardeau. “Han sido afortunados por crecer en esto, pero a mí me emociona el respeto que tienen a sus compañeros, con el que hablan de la profesión”.

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