Danza contemporánea

Anne Teresa de Keersmaeker: la música como alimento

  • La fundadora y directora de la mítica compañía Rosas regresa este fin de semana al Teatro Central con dos de sus trabajos más emblemáticos

  • El jueves y el viernes repondrá 'Achterland', una de obra de 1990, y el sábado hará lo propio con 'A Love Supreme', basada en el trascendental disco de John Coltrane

Ocho bailarines llenan de pura danza la pieza 'Achterland'.

Ocho bailarines llenan de pura danza la pieza 'Achterland'. / Anne Van Aerschot

Por encima de estilos y de tendencias, cuantos aman de verdad la danza y la música tienen ante sí una semana realmente gozosa, por no decir estresante. Entre otras muchas propuestas, podrán ver el Ballet de Víctor Ullate en el Cartuja Center y a Rubén Olmo y Eduardo Leal en los Jueves flamencos de Cajasol, mientras que el Teatro Central se verá literalmente tomado por una compañía que, visita tras visita, ha ido conquistando un número cada vez mayor de incondicionales debido sin duda a su talento y a su extraordinaria calidad.

Se trata de Rosas, el grupo que fundó en 1983 la excepcional creadora flamenca Anne Teresa de Keersmaeker, autora de más de 50 coreografías, algunas de las cuales -Mozart / Concert Arias, Rosas danst Rosas, Piano fase, Drumming, Rain, Zeitung, Tacoma Narrow, etcétera- han sido aplaudidas con fervor en el Teatro Central. La coreógrafa, además, fundó en Bruselas, en 1995, la escuela de coreografía P.A.R.T.S. (Performig Arts Research and Training Studios), que se ha convertido con el tiempo en el vivero más prolífico de la creación escénica actual.

Tras el largo camino recorrido, la veterana creadora lleva unos cuantos años reponiendo sus obras más emblemáticas para que puedan ser bailadas y conocidas por las nuevas generaciones. Rigurosa como pocas, ella es plenamente consciente de que algunos trabajos, creados a la medida de sus bailarinas -porque Rosas fue al principio un grupo esencialmente femenino- no se prestan bien a este propósito mientras que otros le plantean nuevos y enriquecedores desafíos.

Así pues, Rosas llega esta semana a Sevilla con dos atractivas reposiciones de dos piezas nunca vistas en esta ciudad: Achterland, el jueves y el viernes, y A Love Supreme, la noche del sábado.

Achterland, de 1990, representó en su momento una vuelta a un lenguaje puramente danzado, tras algunos trabajos, como Ottone Ottone, más cercanos al lenguaje híbrido del teatro.

Keersmaeker es una auténtica maestra a la hora de coreografiar estructuras musicales

Según Keersmaeker, que posee un talento único y extraordinario para entrar, sin ilustrarla, en la estructura de cada pieza musical, volvía también con esta obra a trabajar con música en vivo, es decir con una presencia activa de los músicos en la escena. Para dicha reposición asumió, además, el reto de componer un material cinético para los tres bailarines que se unieron al trabajo inicialmente interpretado por cinco mujeres.

En esta nueva versión de Achterland, a las mujeres se le han asignado los Estudios para piano de Ligeti mientras que los hombres se mueven sobre las Sonatas para violín solo de Eugène Ysaÿe. Ambas músicas, hermosas, lúdicas, trepidantes y también muy complejas, serán interpretadas en escena por un pianista y un violinista que los tres bailarines se divierten a veces en provocar, colocándolos en el centro de sus juegos mientras atraviesan sus notas con un movimiento arrollador.

De este modo, mientras las chicas se divierten y ruedan por el suelo en un gran tablero colocado sobre el escenario, los tres chicos, técnicamente muy poderosos, intentan integrarse en el grupo con escaso éxito pero con un denominador común que no es otro que el trabajo de suelo: caer, rodar y levantarse, como en la primera e inolvidable Rosas danst Rosas. Una danza trepidante y llena de brillantez que ha provocado mayores entusiasmos aún que la de su primera versión.

En 'A Love Supreme' se ha puesto movimiento al legendario álbum de John Coltrane

La segunda de las reposiciones, de la que sólo habrá una función, es A Love Supreme, firmada por Anne Teresa de Keersmaeker y por el catalán Salva Sanchís, un coreógrafo procedente de la primera promoción de la PARTS. A Love Supreme es el más legendario álbum de John Coltrane. Un monumento al jazz que vio la luz en el verano de 1964 como un canto religioso lleno de rabia y de dulzura y completamente impregnado de espiritualidad.

En 2005 Anne Teresa de Keersmaeker se enfrentó a Coltrane con la misma actitud, el mismo entusiasmo y la misma honestidad con que se ha enfrentado siempre a todos sus compositores de cabecera: Mozart, Beethoven, Bach, Shömberg, Thierry de Mey, Steve Reich...

Por ello, su danza no ilustra nunca la música, sino que intenta descubrir sus mecanismos de composición para convertir en cuerpo, en movimiento, la magia de sus notas. Así lo hizo con aquel otro disco, también legendario en la historia del jazz, el Bitches Brew de Miles Davis, con que vibró el público del Central en el ya lejano noviembre de 2004, y así vuelve a hacerlo ahora revisitando la música de Coltrane. Tanto en 2005 como en la versión actual, Keersmaeker ha trabajado junto a Salva Sanchís.

Una imagen de 'A Love Supreme'. Una imagen de 'A Love Supreme'.

Una imagen de 'A Love Supreme'. / Anne Van Aerschot

Pero mientras que en 2005 la pieza era interpretada por dos hombres y dos mujeres, ahora son cuatro impresionantes bailarines los que, tras unos minutos de danza silenciosa, se van entregando a los cuatro instrumentos del disco original: el saxo de Coltrane, el piano de McCoy Tyner, el contrabajo de Jimmy Garrison y las percusiones de Elvin Jones, si bien la parte de Coltrane es a su vez dividida en cuatro partes y cada bailarín se suma a menudo al instrumento del otro cuando el suyo se calla.

En el cuarto tema del disco, Psalm, una oración escrita por el mismo Coltrane y dirigida a lo divino y al amor al prójimo, todos los bailarines se apoyan entre sí para no caer, convirtiendo la relación entre el hombre y la tierra en una relación entre la verticalidad y la horizontalidad y dejando el ego a un lado para comunicar de forma colectiva.

Junto a estas dos obras maestras de Anne Teresa de Keersmaeker, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) proyectará a partir de hoy y hasta el domingo Work/Travail/Arveid, una película sobre la exposición que Rosas realizara para algunos museos como la Tate Modern de Londres o el MOMA de Nueva York. El Centro Andaluz de Danza, por su parte, acogerá un curso para intérpretes profesionales impartido por la veterana bailarina y coreógrafa de Rosas Fumiyo Ikeda.

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