Las acacias. Drama, Argentina, 2011, 90 min. Dirección: Pablo Giorgelli. Guion: P. G. y Salvador Roselli. Fotografía: Diego Poleri. Intérpretes: Germán de Silva, Hebe Duarte, Nayra Calle Mamani. Cines: Avenida.

Cámara de Oro a la mejor ópera prima en el pasado Festival de Cannes, Las acacias se alinea en la división de últimas promesas de ese efervescente Nuevo Cine Argentino que ha hecho del despojamiento narrativo y el gusto por la observación dos de sus principales señas de identidad para dejar entrar un poco de aire fresco en el verborreico y academicista modelo fílmico amparado por la industria y las instituciones oficiales.

A mitad de camino entre la radicalidad de corte documental de un Lisandro Alonso (La libertad, Los muertos) y la tendencia al minimalismo narrativo y las estructuras viajeras de mensaje humanista de un Carlos Sorín (Historias mínimas), la película de Giorgelli apuesta por la sencillez expositiva, la mirada exterior, el silencio sobre la palabra, los actores no profesionales, la ausencia de psicologismo y el trayecto como metáfora del cambio como elementos primordiales de una historia con apenas tres personajes (y ya es mucho hablar aquí de personajes) encerrados en el camión que los lleva desde la frontera paraguaya a la ciudad de Buenos Aires.

Aferrado a esta nueva marca de estilo minimal tan al gusto de festivales y de cierta crítica, Giorgelli apuesta por mirar y escuchar hacer (conducir, lavarse, dar de comer a un bebé, hablar por teléfono) antes que por las explicaciones, los giros o el relato convencional vertebrado a través de los diálogos u otros recursos de puesta en escena.

Su apuesta se antoja, empero, incompleta y dubitativa, sobre todo por la inevitable querencia hacia la amabilidad como peaje y por el asomo, tal vez más predecible de la cuenta, de un ternurismo sentimental algo estereotipado que termina por resquebrajar la aparente solidez formal que se apunta en el primer tercio del filme.