Sueños de pobre

El casoplón | Crítica

Una imagen del filme de Joaquín Mazón.
Una imagen del filme de Joaquín Mazón.

La ficha

*'El casoplón'. Comedia familiar, España, 2025, 88 min. Dirección: Joaquín Mazón. Guion: Roberto Jiménez. Fotografía: Chiqui Palma. Música: Vicente Ortiz. Intérpretes: Pablo Chiapella, Raquel Guerrero, Iñaki Miramón, Edurne, María Córdoba.

El modelo familia Segura se expande como una plaga por la última comedia española desesperada por hacer taquilla rápida. Una familia de estereotipos ibéricos aquí algo más empobrecida, de Móstoles, obrera pero feliz y en plena canícula y sin aire acondicionado, con el clásico sueño de vivir en uno de esos chalets de hormigón, grandes cristaleras y piscina que gastan los futbolistas, los influencers y los famosos horteras de la Moraleja.

La fórmula autocomplaciente no deja lugar a dudas en su despliegue raudo y romo para todos los públicos, o sea, para ninguno. Gags sin aristas, costumbrismo blanco, confianza ciega en Pablo Chiapella y Raquel Guerrero como unos Roper proletarios, cameo de Edurne con canción, niños bien adiestrados para la travesura sin consecuencias y un mensaje sobre la conciliación y la solidaridad con las esforzadas madres trabajadoras que sacan la casa adelante.

Podría haberse estrenado en verano o en plenas fiestas navideñas, pero El casoplón llega en Semana Santa de la mano especializada de Joaquín Mazón (Cuerpo de élite, La vida padre, La familia Benetón). Pueden verlo como otro chiste sobre el viacrucis que le espera a cualquier espectador no-natural ni cautivo de la propuesta.

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