"Lo que enseña 'The Hole' es que la vida son dos días y hay que reírse"

Desde ayer, el Lope de Vega vive sumido en ese espíritu canalla propio del cabaret gracias a The Hole, el fenómeno teatral que crearon las productoras Yllana y Letsgo junto al actor Paco León y que tras triunfar por España desembarca en Sevilla. Lo hace con las entradas agotadas y dos maestros de ceremonias que se irán alternando: La Terremoto de Arcorcón, que representó el espectáculo ayer y lo hará en la primera función del sábado, también del 16 al 23, y Álex O'Dogherty, que estará al frente hoy, mañana y la segunda función del sábado. "La gente que venga a ver a Álex puede venir a verme a mí, porque no tiene nada que ver la adaptación que ha hecho cada uno", explica La Terremoto, que admite haber "destrozado" el guión escrito originalmente por Secun de la Rosa. "Cada maestro se lo lleva a su terreno, al espacio en el que mejor se mueve y el océano en el que mejor nada", cuenta Pepa Charro, la actriz que se encuentra detrás de La Terremoto. "Con todo el cariño del mundo por Secun, pobrecito, pero como es amigo y hermano lo ha entendido perfectamente".

The Hole (El agujero) no es precisamente el lugar para dejarse arrastrar por la culpa, sino para entregarse al placer sin prejuicios. Los números de circo y de burlesque, la música y un humor provocador se ponen al servicio de un mensaje: hay que cruzar hacia ese lado lúdico, feliz, de la existencia. "Tiene ese leitmotiv maravilloso que dice que hay que estar en el agujero... para salir del agujero. Todo el mundo se siente muy identificado porque ¿quién no ha estado metido en un agujero? En uno o varios momentos de su vida. Pero lo bonito es poder sacar la cabeza y tirar para adelante", prosigue la actriz sobre la filosofía escapista que defiende el montaje.

El público conoce bien a ese personaje lenguaraz y brillante que lleva años encarnando Charro, pero The Hole supone un paso adelante en su carrera. "Bailar y cantar lo he hecho toda la vida, pero nunca en condiciones. Aquí es cuando le demuestro al público que esa Terremoto que conocen, que era una gordita que salía en un gimnasio con cuatro amigas travestis [se refiere al videoclip de Time goes by con Loli, en el que reinterpretaba con ingenio el Hung Up de Madonna] se ha convertido en una nueva Pitita Ridruejo". Esa prosperidad a la que alude se debe a que, ahora, La Terremoto invita a la gente a su mansión, aunque la decoración del inmueble no responda precisamente a los estándares de la alta sociedad, con guiños "a The Rocky Horror Picture Show o el Drácula ye-ye de Andrés Pajares". A sus invitados no les ofrecerá Ferrero Rocher: la maestra de ceremonias quiere compartir una noticia, contar "que estoy enamorada de un ser muy especial. No diremos más para que la gente venga a conocer esta gran exclusiva al Lope de Vega", bromea.

Ése es el hilo conductor de las distintas escenas que van sucediéndose dentro del agujero, con presencias inesperadas como Dilya, una Marilyn Monroe con más curvas que el mito que resulta asombrosamente leve en el anillo áereo al que se sube, o el Dúo Flash, unos acróbatas de suelo procedentes de Ucrania. "Hay gente de Rusia, Zaragoza, Italia... Tenemos un casting mundial. Dilya o el Dúo Flash llevan años haciendo estos números por los mejores cabarets del mundo, pero ellos están cansados de girar como gipsies y han decidido quedarse con esta gran familia que es The Hole", revela una Terremoto que sabe de universalidades. "Yo vengo de La Palma del Condado, de Alcorcón y Wisconsin, una mezcla con la que no quedas mal con nadie".

En The Hole no sólo cada maestro de ceremonias imprime su sello, sino que cada función con el mismo presentador es distinta. "La obra permite la improvisación, claro, porque ocurre en una casa, y en tu casa te pasa un día una cosa... y otro día otra", cuenta La Terremoto. "El hilo conductor es el mismo pero puede pasar de todo. Por eso la gente repite dos, tres, cuatro veces, que hay espectadores a los que ves y piensas: ¿Pero otra vez aquí?".

Charro desvela algunos de los acompañantes que tiene en esta producción, como la Madame que interpreta Vinila Von Bismark. "Es un poco la amiga mala leche, ésa que está siempre en nuestra vida pero que nos toca la narices constantemente. Aquí es una especie de madame generala, que es muy seductora y a la que yo envidio porque es mucho más guapa que yo, mucho más joven y con un cuerpo más bonito. Pero no habla, y yo sí", asegura con una risa despechada.

Por The Hole también pulula El Pony Loco, "una especie de mascota extraña: es un pony pero no es un pony, es un hombre pero no es un hombre. Eso sí, es un ser adicto al sexo al que hay que tener controlado constantemente. En cuanto te descuidas, se tira a todo lo que se mueve... incluido al público". Otras invitadas a la mansión, las Supernenas, continúa La Terremoto, "son las vecinas de arriba y se pasan el día flotando por las alturas. Son otras pelanduscas, la verdad es que estoy rodeada de guarrillas. Y también son más jóvenes que yo: como siga hablando voy a coger una depresión..."

Como toda "señora que se precie", La Terremoto cuenta con el apoyo de mayordomos. "Pero yo tengo un servicio de cuatro inútiles que lo único que hacen es cantar. Los tengo todo el día recogiendo ropa, eso sí, porque aquí las mujeres están todo el día semidesnudas", bromea.

Entre pirueta y pirueta, El Aerialista "es como el que viene a pedir sal y no se va nunca. Es un cubano maravilloso que se enamora de Almon, que es nuestro barman. Cuentan su historia de amor a todos los invitados a la fiesta".

La Terremoto ha representado The Hole en Madrid, Málaga y Barcelona y presume de que a la obra "ha venido desde la alta alcurnia de Pedralbes hasta lo más bajo de los polígonos. Es el regalo ideal de cumpleaños, de Reyes, de aniversario... es un espectáculo tan ameno y tan fácil que funciona muy bien. Al fin y al cabo", resume, "es una obra que te dice que la vida son dos días y que vamos a reírnos".