Arte

El laberinto de las relaciones humanas

  • Rafael Enterría reflexiona sobre el aislamiento y la socialización en una muestra en el Colegio de Arquitectos

Rafael Enterría, ante una de las obras que expone.

Rafael Enterría, ante una de las obras que expone. / Juan Carlos Vázquez

Entre las obras más tempranas que recoge Dos estados, la exposición de Rafael Enterría en el Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla (COAS), hay una pequeña pieza con un mensaje en francés que puede entenderse casi como una declaración de intenciones y que se traduciría como Maldito aquel que piense mal. A un lado, otra estatuilla de dimensiones modestas, una estructura levantada en alambre responde al nombre de La tienda de los deseos y alude a la "esperanza de cambio" que viene de la mano de los anhelos y las expectativas, "algo que está patente en cualquier circunstancia de la existencia". La creación de este artista desprende una extraña pureza y no puede entenderse sin el retrato de las pulsiones humanas, el interés por los otros. "La gente debe pensar en los demás, y no en uno mismo, para que la vida siga", sostiene el autor.

Dos estados se desdobla no sólo en el título: la selección utiliza dos salas y contempla, principalmente, series de pinturas realizadas en dos momentos diferentes en la trayectoria de Enterría, los años 1995 y 2009. En el primer conjunto predomina un carácter simbólico y se repiten, junto a las figuras humanas, sillas, mesas, copas, signos esquemáticos que evocan en su trazo a las pinturas murales de la antigüedad. Es la parte, señala Enterría, dedicada a la acción, un pasaje que reflexiona sobre "las cosas esenciales y las que no lo son, el mundo exterior y el interior". En una composición de resina y óleo, unos personajes inspirados en André Gide y Los alimentos terrenales se congregan en torno a una mesa en lo que parece el inicio de una liturgia, pero sus siluetas no interactúan. Como en las otras obras de esa etapa, los protagonistas están sumidos en cierta abstracción, en un estado de inconsciencia no exento de poesía.

Enterría ante otra de las piezas. Enterría ante otra de las piezas.

Enterría ante otra de las piezas. / Juan Carlos Vázquez

Unos años después, la mirada de Enterría se detiene en otro motivo: la actuación, "las vicisitudes por las que pasan las personas al socializar", con hombres y mujeres que atraviesan escenas de un intenso color, pero se manejan a ciegas por el laberinto de las relaciones humanas. El artista sevillano aborda aquí, en hermosas acuarelas de gran tamaño, temas como la amistad y la traición, la exclusión social, el amor o la vanidad.

La muestra, que puede visitarse hasta el día 14 en el COAS, adelanta también en una vitrina la senda por la que transita el trabajo actual de Enterría, con esbozos del último año en los que cobra protagonismo la realidad política y social. "A medida que me hago mayor me implico más. Hoy creo que hay que pintar lo que está pasando".

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