Horacio Alcalá, director de cine y guionista: "Hay dos cosas que mueven este mundo: el amor y el dinero"
Cultura
El director y guionista mexicano presenta 'Fragmentos', uno de los estrenos de este fin de semana, un largometraje en el que se indaga, entre otros temas, en la fragilidad de nuestras emociones ante situaciones de crisis sentimental
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Un paisaje paradisíaco sugiere una situación cercana a lo infernal. Así podríamos dar inicio a Fragmentos, filme que se incorpora este fin de semana a la cartelera, con dirección de Horacio Alcalá y un reparto en el que figuran nombres como el de Emma Suárez, Manu Vega, Asia Ortega o José Luis García Pérez. El largometraje cuenta la historia de Diego y Alba, un matrimonio en crisis que decide viajar a Lanzarote para arreglar lo suyo -la habitual y cobarde huida hacia delante-. Allí se hospedan en una casa propiedad de Irene y Ben, una pareja, mayor, que funciona como “espejo” –así lo define el director- de esa relación joven y prácticamente rota. El desarrollo de la trama procura una reflexión en torno a cómo nos relaciones con nuestras emociones. Por supuesto en el contexto de las relaciones sentimentales. De ese terreno, a veces, árido y negro. Como la isla.
Pregunta.Hay una paradoja en esta historia, en Fragmentos: un lugar paradisíaco es el escenario de una historia cercana a lo infernal.
Respuesta.Así es. Es un lugar paradisíaco, pero también piensa que es un lugar lleno de lava. Nuestros personajes están constantemente caminando sobre lava. Siento que en ese momento, en ese fragmento de sus vidas, lo que corre por las venas de nuestros personajes es lava. La historia estaba planteada en otro sitio, en concreto en la sierra de Madrid, pero cuando a mí me llegó el guion estaba en Lanzarote. Paso mucho tiempo por allí. Conozco todos esos rincones. Mientras leía el guion ya estaba pensando en qué parte de la isla podría grabar. La isla se convierte en un quinto personaje. Es un personaje que une y que sienta a la mesa a los protagonistas.
P.¿Por qué el amor para contar historias?
R.Porque es algo que mueve el mundo. Hay dos cosas que mueven este mundo: el amor y el dinero. El amor va a ser siempre un motor y una fuente de creatividad. Aunque la verdadera razón es que tanto el guionista, Frank Ariza, como el productor, Manu Vega, como yo, hemos vivido situaciones similares. Tanto desde el punto de vista del verdugo como de la víctima. Hemos estado en todas las situaciones. En esta película no hablamos de relaciones tóxicas sino de situaciones de pareja difíciles de llevar por muchas situaciones: por de dónde venimos, por lo que nos ha pasado, por las expectativas y por no saber decir que no.
P.Hablando de situaciones, la de este matrimonio, el de Alba y Diego, es la de una huida hacia delante. ¿Por qué en momentos de crisis tomamos esa actitud tan cobarde?
R.Quizá porque no sabemos que la solución está en sentarnos a hablar. Tan sencillo como eso. Estamos tan perdidos, y nos está doliendo tanto el amor, que no sabemos dónde está la salida. Pero antes de esa huida creo que se intenta todo. Sin embargo, una vez que lo intentas todo, lo que te queda es decir: “Vámonos de vacaciones una semana y solucionar lo que no tiene solución”.
Queríamos contar lo frágiles que somos ante estas situaciones de crisis emocional"
P.Tratan de suplir las carencias afectivas de diferentes formas.
R.De las únicas formas que nuestros personajes conocen. Nuestros personajes no conocen otra forma de hacer las cosas.
P.¿Por qué?
R.Porque lo ignoran. No saben cómo abordar ese momento. No saben cómo gestionar esas emociones. No nos enseñan a gestionar las emociones. Sabemos gestionar la cuenta de nuestro banco, pero no nuestras emociones. No tomamos nuestras emociones como una prioridad. Aunque es cierto que las nuevas generaciones se lo están tomando de otra manera. A nosotros nos enseñaron diferente: nos dijeron que había que comerse las emociones.
P.Sobre generaciones más jóvenes. ¿La película se podría interpretar como un reflejo de las relaciones sentimentales desde lo generacional? El concepto de amor en Irene y Ben es distinto al de Alba y Diego.
R.Podría interpretarse así. Es un discurso. Pero la razón por la que una pareja es mayor y otra más joven es porque se pretendía que funcionaran como un espejo. Es decir, la pareja joven ve a la mayor y deciden que no quieren vivir así; y a su vez la pareja mayor se ve reflejada en la pareja joven y también piensa que no quiere vivir de ese modo. El de estar por estar.
P.Una frase que le dice Irene a Diego: “El amor es buscar la felicidad del ser amado, pero no a costa de la propia”.
R.Y hay otra frase ahí muy interesante: “Hemos confundido el amor con la costumbre”. Irene es una mujer muy sabia que busca un amor en esta historia, que no es desde luego el amor que ella tiene.
P.¿Cuál busca?
R.Busca el amor de la naturaleza, y de la tierra.
No nos enseñan a gestionar las emociones. Sabemos gestionar la cuenta de nuestro banco, pero no nuestras emociones"
P.Una relación un tanto desconcertante es la de Alba y Ben. Ese momento de tensión.
R.No sabría si llamarlo como momento de tensión. Son personajes muy distintos. No tienen nada en común. Cuando pones frente a frente a dos personajes tan opuestos surge necesariamente una reacción. Una química. En este caso es una química que dinamita las situaciones.
P.Sí. Y hasta aquí se puede leer. Otra cuestión: ¿es esta película un retrato de nuestras fragilidades? De lo frágil que somos ante una situación de crisis emocional.
R.Sin duda. La película tiene una capa de fragilidad. Porque es la fragilidad la herramienta con la que queríamos trabajar. Queríamos contar lo frágiles que somos ante estas situaciones de crisis emocional. Junto con la fragilidad está también la delicadeza.
P.¿La delicadeza?
R.La fragilidad está en las emociones, pero la delicadeza está expresada en los planos. Los planos soportan la narrativa de estos personajes que están sobre lava, con todo lo que esa imagen supone. Digamos que el encuadre ayuda a respirar a la narrativa.
P.En Fragmentos también se expone lo ridículos que somos en momentos de fragilidad. Este tono le da un leve matiz cómico a la escena.
R.Esto obedece a que, cuando no sabemos cómo responder, respondemos de cualquier manera. Estas respuestas, sí, van desde lo vulgar hasta lo ridículo.
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