Inútil estiramiento de un éxito
EL VIGILANTE NOCTURNO: DEMONIOS HEREDADOS | CRÍTICA
La ficha
** 'El vigilante nocturno: Demonios heredados'. Terror-thriller. Dinamarca. 118 min. 2023. Dirección y guion: Ole Bornedal. Música: Ceiri Torjussen. Fotografía: Lasse Frank Johannessen. Intérpretes: Fanny Bornedal, Nikolaj Coster-Waldau, Ulf Pilgaard, Paprika Steen, Sonja Richter, Kim Bodnia y Alex Høgh Andersen.
El realizador danés Ole Bornedal se dio a conocer en 1994 con El vigilante nocturno con tanto éxito internacional que Hollywood le llamó solo tres años después para hacer un auto remake con gran lujo de actores -Ewan McGregor, Nick Nolte, Patricia Arquette, Josh Brolin, John C. Reilly- que resultó ser inferior al original. De regreso a su país dirigió todo tipo de géneros - histórico, thriller extremo o biopic de cantante- con buen estilo sin abandonar el terror y lo fantástico con La sustituta (2007) The Possession. El origen del mal (2012, otra vez en Hollywood) y ahora está El vigilante nocturno: demonios heredados que supone un retorno a la película que le dio la fama hace 30 años.
El regreso le sale regular. Rodado con buen oficio artesanal pero inferior a la película que tan tardíamente pretende prolongar o explotar. O quizás utilizar su antiguo éxito para impulsar la carrera de su hija, intérprete de esta película. Esta vez es una estudiante de medicina la que acepta ser vigilante nocturna de una morgue. Una mala decisión dada sus trágicas circunstancias familiares que ella está empeñada aclarar -razón por la que acepta el trabajo que le permite volver al escenario en el que nació el horror- mientras una siniestra y amenazante presencia la acecha.
Lo que empieza prometedoramente con los demonios interiores heredados empeora conforme la película avanza y aparece el demonio exterior: una constante en el cine de terror con mal planteamiento de guión. Lo truculento gana a la sugestión. Las buenas interpretaciones, mejores las de los veteranos que la de la joven protagonista Fanny Leander Bornedal -si la intención de su padre era promocionar su carrera, poco favor le ha hecho- y el oficio de este salvan los trastos. Todo queda por debajo del original, haciendo de esta película un inútil ejercicio de estiramiento de lo que mejor hubiera sido dejar en el baúl de los buenos recuerdos y los éxitos. Los demonios puede que se hereden, los éxitos no.
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