Manuel Herrera I Obituario

Adiós a la “sonrisa” y “la mano tendida”

  • Las redes sociales se han llenado de mensajes de dolor por el fallecimiento de Manuel Herrera, "un gran hombre noble y cabal" con el que tantos aprendieron "a amar el flamenco"

Manuel Herrera en una imagen de archivo del año 2000, la segunda Bienal que dirigió.

Manuel Herrera en una imagen de archivo del año 2000, la segunda Bienal que dirigió. / D. S. (Sevilla)

Como si necesitara dejar una última prueba de la "generosidad" que desde que saltó la noticia de su fallecimiento todos han destacado de él, Manuel Herrera quiso invertir parte del tiempo que le quedaba para "pedir perdón por mi silencio" y "dar las gracias". Así, anunciando una despedida que nadie intuía, aprovechaba su perfil de Facebook para disculparse por no responder "a todas las cosas bonitas que me habéis dicho" y agradecer a su entorno -que era el flamenco entero- las palabras que le dedicaron por su pregón en la Bienal. Incluida a una servidora cuya crónica del acto, señalaba, "ha sido para mí un bálsamo que no olvidaré jamás".

Lástima que no tuviera tiempo de cumplir su deseo de acudir a las citas y las charlas que pensaba mantener "cuando pase la pandemia si es que pasa" porque, explicaba, "ahora sólo voy a Sevilla a ver médicos porque ando con achaques y soy de alto riesgo, según me dicen". Y que, ahora, apenas cuatro días después, este mismo muro esté lleno de cientos de mensajes que le habría encantado leer.

Aquí, en las redes sociales, familiares, amigos, aficionados, artistas, representantes, programadores, periodistas, alumnos, compañeros y políticos han expresado su consternación y dolor por la pérdida de "un gran hombre noble y cabal" que dedicó, con "pasión y ahínco", toda su vida a defender el flamenco y esta tierra. Mostrando la "deuda" que todos sienten por el "calor" que les aportó.

Con el mismo consenso que suscitaba su figura, voces flamencas de distintas generaciones resaltan "su generosidad, su compromiso” y su mirada preclara”

De hecho, con el mismo consenso que suscitaba su figura -no había conflicto que no apaciguara su sonrisa-, voces de distintas generaciones y caminos, se han unido para recordar su "mano tendida" sin dobleces ni distinciones y resaltar lo "huérfano" que nos deja y lo que se va a echar de menos "su compromiso" y "su mirada preclara" con la que tantos aprendieron "a amar y entender el flamenco".

Incontables nombres como los de Argentina, Andrés Marín, Arcángel, Esperanza Fernández, Dorantes, José Valencia, La Choni, Ana Morales o Carmen Ledesma, que recordaban el momento en que el flamencólogo les apoyó desde su dirección de la Bienal, su labor en la peña palaciega del Pozo de los Penas, el Festival de La Mistela o su trabajo en los Jueves Flamencos de Cajasol que hoy mismo, con José de la Tomasa y su nieto Manuel, inicia su temporada más triste. Pero también de otros tantos del sector a los que aconsejó desde su "sabiduría" y de anónimos que en algún momento hubieran "tenido la suerte" de cruzarse en su camino.

Se ha ido "el maestro respetado y querido por todos", como recordaba la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, "pero nos dejó una forma de entender el flamenco que tenemos la responsabilidad de custodiar así pasen los años". Porque, tal y como apuntaba el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, a través de Twitter, Manuel Herrera "ayudó a dignificar el flamenco y Sevilla". Por eso, querido Manolo, como en ti no caben las palabras vacías, sólo queda devolverte las gracias infinitas con ese abrazo enorme que tú nunca dejabas pasar.  

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios