Michael Connelly, un escritor en cuarenta novelas

El creador del icónico detective Harry Bosch saca libro y personaje, el sargento Stillwell, jefe de policía de la isla Catalina

Un valor seguro de la novela negra estadounidense

El escritor estadounidense Michael Connelly.
El escritor estadounidense Michael Connelly. / Tracie Hall

La ficha

Belladona. Michael Connelly. Traducción de Javier Guerrero Gimeno. Alianza de Novelas. Barcelona, 2025. 368 páginas. 22,95 euros.

Michael Connelly (Filadelfia, Pensilvania, EEUU, 1956) era el plumilla de sucesos del Los Angeles Times hasta que un día decidió escribir una novela. Se inventó un personaje, el detective Harry Bosch, con un pasado truculento y marcado por la guerra de Vietnam, y lo puso a investigar crímenes muy parecidos a los que él mismo había cubierto. La primera novela, El eco negro, fue un pelotazo. Y después vinieron la segunda, El hielo negro (para qué cambiar de color, pensaría el autor), la tercera, La rubia de hormigón, y la cuarta, El último coyote. Aquello le fue tan extraordinariamente bien a Connelly que, chico listo, enterró el periodismo de sucesos para siempre y se puso a escribir ficción.

Su ficción, eso sí, suele ser muy realista. Y si las cosas que escribe este hombre no han pasado, podrían haber sucedido perfectamente. Bueno, en alguna que otra novela igual se le ha ido la mano metiendo a su icónico personaje en algún lío demasiado enrevesado, pero es un pecadillo venial que se le perdona. Connelly tiene más de veinte novelas protagonizadas por Harry Bosch, un detective con su propio código moral, ese que viene a decir que le importan todos los muertos por igual. Que le da lo mismo que la víctima sea un magnate del cine que un yonqui o chapero de los barrios bajos de Los Angeles, que él se meterá a fondo en el caso y a buen seguro que lo resolverá.

Por si fuera poco, a Amazon le dio por hacer una estupenda serie de televisión basada en las andanzas del personaje. Se titula precisamente con el apellido del mismo, Bosch, la protagoniza un espléndido Titus Welliver y tiene siete temporadas. Ya saben, si no la conocen, les gustan las series policiacas y tienen tiempo libre para ver series o si viene otra pandemia, no lo duden, ésta es buena.

Pero no estamos escribiendo esto para cantar las excelencias del personaje más conocido del autor, que andaba ya pidiendo la jubilación a gritos. De hecho, estaba ya retirado aunque aparecía esporádicamente para colaborar con una de sus últimas creaciones, la detective Renée Ballard. Que por cierto también tiene otra serie. No, redactamos estas líneas para celebrar que Connelly acaba de publicar en España su cuadragésima novela. Y lo hace con un nuevo personaje: el sargento Stillwell.

Stillwell bien podría ser el sucesor de Harry Bosch, pues comparte con él algunos rasgos y se ve que también llegó a su puesto actual rebotado tras enfrentarse a los mandos policiales de Los Angeles. La particularidad de Stillwell es que es el jefe del destacamento de la Policía en Catalina, una aparentemente idílica isla situada a unos 35 kilómetros al suroeste de la gran ciudad angelina. El sargento lleva un año trabajando y viviendo en la isla, conociendo un poco a sus habitantes y disfrutando de una vida tranquila y alejada de los problemas de la metrópoli, hasta que desaparece una joven y se denuncia a la vez un extraño robo en un elitista y muy privado club náutico de la zona.

Como es de esperar, la acción se enredará convirtiendo esta Belladona, que así se titula la novela, en un interesante noir con el que Connelly presenta a su nuevo personaje y parece apuntar el inicio de una nueva serie, pues tanto el sargento como la isla tienen alguna posibilidad de explotación para un autor que hasta ahora se había centrado en relatar la vida (criminal y policial, pero también en otros aspectos) de una ciudad total como Los Angeles, como si fuera una especie de Balzac de los bajos fondos.

A Stillwell todavía le falta el carisma de Bosch, Ballard y otros personajes del autor, como el abogado del Lincoln, por ejemplo, pero es cuestión de ir dándole su tiempo. A Connelly hay que destacarle su regularidad, pues es muy difícil escribir 40 novelas y mantener siempre un nivel más que aceptable. Puede estar más o menos brillante, pero siempre firma algo interesante y nunca le falta el tono de crítica social tan propio de la novela negra, el mordaz retrato de las relaciones internas en el propio departamento de la Policía y un respeto impresionante por las víctimas, a las que nunca juzga.

Belladona sale en España de la mano de Alianza de Novelas, el sello que últimamente está publicando la obra de Connelly. Es buen momento para, además de leerla, revisitar algunas obras de este escritor nacido en Filadelfia pero que es más de Los Angeles que los Lakers o los Clippers. Su novela El poeta, sobre un asesino en serie, es la más conocida fuera de la serie de Harry Bosch. También Deuda de Sangre tiene cierto renombre, sobre todo a raíz de la adaptación al cine que hizo Clint Eastwood. Cualquiera de las 40 es buena, algo que no todos pueden decir.

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