un tercer lugar | crítica de teatro

Seis neurosis en busca del amor

Auge y caída de un amor en Usera, escrita por la uruguaya Denise Despeyroux para la obra Historias de Usera que sirvió como despedida de la sala Teatro Kubik Fabrik y que pudimos ver el año pasado en el Teatro Central, ha sido la base para escribir su decimosexta obra a esta dramaturga y actriz que disfruta creando un universo propio basado en la palabra puesta al servicio de historias disparatadas y protagonizadas por personajes neuróticos que, como en el caso de Un tercer lugar buscan, con cierta desesperación, el amor.

Denyse Despeyroux posee una excelente habilidad para enhebrar discursos, adueñarse del lenguaje, y tejer con las palabras relatos que se alejan de la realidad y se establecen en un mundo paralelo. La autora recurre, como en otras ocasiones, a trufar todos sus diálogos de filosofía y un coqueteo con el esoterismo que acaba entusiasmando al público que sigue, como los niños de Hamelín, al flautista.

La escenografía de Eduardo Moreno es espectacular y le presta una factura de obra de calidad. La interpretación siguiendo el naturalismo argentino realza las actuaciones de sus seis protagonistas que son capaces de disertar sobre lo divino y lo humano, esbozar teorías filosóficas de Hume, Kierkegaard, Berkeley, María Zambrano, Lacan (entre otros) como si leyeran la lista de la compra dotando a sus discursos de una comicidad que los espectadores celebran con alegría.

Es indudable la facilidad que Despeyroux tiene para escribir sobre neuróticos sedientos de amor a los que maneja como marionetas pero, en algunos momentos, uno siente que hay demasiado texto y que tiende más a la densidad de la novela que a lo puramente teatral.

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