Cultura

Una noche para disfrutar

Guitarra: Manuel Valencia. Cante: David Carpio, Felipa la del Moreno. Palmas: Carlos Grilo, Manuel Salado, Diego Montoya. Cajón: El Cepillo. Baile: El Junco. Lugar: Salón Cajasol. Fecha: Jueves 19 de febrero. Aforo: Media entrada.

Éxito clamoroso de Manuel Valencia en Sevilla. Ha sido el mejor concierto del ciclo Jueves Flamencos desde su cambio de sede, a finales del año pasado. Y tratándose de un artista joven, un intérprete desconocido para la mayoría de los aficionados de nuestra ciudad, el éxito es doble.

Valencia es un guitarrista que se desmarca completamente de la tendencia tocaora actual. Demostró anoche en Sevilla que para ser original, para tener un discurso propio, no es necesario perderse en disquisiciones armónicas. Su mensaje es asequible para la mayoría. Lo que convence es la seguridad de su fraseo, su sentido absoluto del ritmo, la pulcritud de su pulsación. Sabe lo que quiere decir y lo expone con toda la claridad. Y esto le llega al público. No obstante, es capaz de articular diferentes estados de ánimo, incluso diferentes lenguajes, en su toque. La rondeña, firmada por el maestro José Luis Balao, enfática, no se parece a la de ningún otro compositor flamenco.

En la minera y los fandangos demostró Valencia su dominio de la melodía cantable, mientras que en la seguiriya se alineó de parte de la tradición de Manuel Morao, alternando la tensión nerviosa con la solemnidad estática. En la bulería por soleá fue delicado en tanto que en alegrías, soleá y bulerías mostró su dimensión más social, una compenetración absoluta con un grupo en estado de gracia que derrochó energía y buen humor. Todos estuvieron soberbios, pero El Junco y El Cepillo se encontraron a sus anchas en la fiesta, el juego. Carpio y la del Moreno mostraron sus timbres plenos de color y su poderío vocal. Una noche para disfrutar.

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