Pedro Simón: "En la vida somos las cosas malas que nos pasan"

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La editorial Espasa recupera la novela 'Peligro de derrumbe', en cuya historia se desarrolla un preciso retrato de la crisis de 2008

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El escritor y periodista Pedro Simón (Madrid, 1971).
El escritor y periodista Pedro Simón (Madrid, 1971). / Juan Carlos Vázquez

Hace ahora diez años que el escritor y periodista Pedro Simón (Madrid, 1971) publicaba Peligro de derrumbe, novela en la que retrató el desastre social de la crisis de 2008. La editorial Espasa acaba de recuperar esta historia donde se relata, con dosis de periodismo y de literatura, esa intrahistoria del derrumbe que supuso la quiebra de Lehman Brothers. Simón nos descubre, en diferentes capítulos, una serie de candidatos, aspirantes a un puesto de trabajo. Otro personaje crucial en la trama es el director de Recursos Humanos, quien entrevista –cruel, inmisericorde- a los vulnerables aspirantes. Todos ellos –candidatos y entrevistador- reconstruyen un relato coral de aquellos años. De aquel final de década que marcó un tiempo y cuya huella aún observamos.

Pregunta.Para empezar, se lo confieso: no me vendría mal preguntar como pregunta uno de los protagonistas de esta novela. Ese director general de Recursos Humanos. Aunque qué tipo tan cruel.

Respuesta.Bueno… todos tenemos un pasado. Y sobre todo tenemos un pasado que nos explica. Creo que no somos ni mejores ni peores sino que somos fruto de nuestras circunstancias. Estoy pensando en gente muy mala. Estoy convencido de que Netanyahu de pequeño sufrió algún trauma.

P.Eso le iba a preguntar ahora: ¿quién tenía en mente?

R.Eso, en Netanyahu. Solo alguien que ha sufrido algún tipo de trauma puede explicar cosas que estamos viendo en las noticias.

P.Aquí la víctima es también verdugo. No hay una mirada maniquea sobre este director de Recursos Humanos que decide el futuro laboral de diferentes candidatos en una entrevista de trabajo. Recordemos que la historia de su novela se contextualiza en los años de la crisis de 2008.

R.Mira: creo que en la vida somos las cosas malas que nos pasan. Creo que estas nos modulan mucho. Lo que te va a definir la vida es ese momento en que te has levantado después de algo malo. Nos definen las cornadas, las cicatrices. Esa mochila la utilizamos siempre. Tanto en los momentos de éxito como en los momentos de fracaso. En los derrumbes y en las reconstrucciones siempre está esa gasolina. A veces es buena y otras, es mala. A este hombre, este director de Recursos Humanos que decide sobre la vida de los demás, siempre se maneja desde esa mochila que todos llevamos detrás.

P.No sé si este personaje me causa compasión o me provoca rechazo.

R.Seguramente las dos cosas.

Tener una pasión te salva la vida"

P.Esta novela se publica en 2015. Con el contexto, como decía, de la crisis de 2008. ¿Qué ha cambiado en España en estos últimos diez años?

R.Me hablas de ese contexto y me gustaría remarcar que era un tiempo en el que había casi quinientos desahucios al día en España. Hubo un trimestre, en el 2009, en el que hubo 800.000 parados más. En un trimestre. Era una foto de derrumbe. Había una cosa prepandémica. En el sentido de que quién no conocía a alguien que había cerrado un negocio o a alguien que había sufrido un ERE o un ERTE. Aquello fue devastador. Y tengo la sensación de que no hemos aprendido tanto de entonces. Creo que cada generación tiene derecho a cometer sus errores. La mía, que nació en los setenta, cometió los suyos. La tuya, que es más joven, cometerá los suyos. Pero casi todas las generaciones comenten el mismo error: el de la codicia. Todos los errores generacionales tienen que ver con el afán de ganar pasta. Actualmente tengo muchas incertidumbres, problemas que siguen ahí, desde entonces, como el problema de la vivienda, el tema climático, el tema geopolítico, el tema energético, el tema tecnológico –con la inteligencia artificial-. Vivimos una época de incertidumbres solapadas. Con lo cual no se puede ser optimista. Pero sí creo en el hombre. Es lo que decía John Steinbeck, eso de que el hombre es una amenaza para el hombre pero también es su única esperanza.

P.¿Qué efectos más destacados considera que provocó la crisis? A diferentes niveles: político, económico, social.

R.Las crisis, como siempre, no golpean igual por abajo que por arriba. Recuerdo una entrevista que le hice a Mario Conde. El tipo de algún modo celebraba lo que estaba pasando.

P.¿Sí?

R.Sí: él es de esta gente que está a otro nivel. En el momento en el que todo se derrumba siempre hay gente que hace pasta. Lo hemos visto en la pandemia. Chirbes decía: Vivimos de lo que matamos. Hay una esfera de país que vive de lo que mata. El capitalismo funciona así. Lo hemos visto en la crisis. Gente que se forró de un modo inhumano mientras había quinientos desahucios al día. Lo hemos visto en el coronavirus, con gente que se forró con comisiones mientras otra gente se estaba muriendo.

P.Hablaba usted antes de inteligencia artificial. No sé si sabe que hoy día se eligen a los candidatos a un puesto de trabajo a través de algoritmos.

R.Y hay herramientas de inteligencia artificial que ya están sentadas en consejos de administración de empresas importantísimas. De tal modo que la toma de decisiones –si hay que echar a Juan, a Diego, a Pedro- recae en una inteligencia artificial que te dice que eches a Juan de la empresa. A la inteligencia artificial le sopla un huevo que tengas depresión, tus hijas, tu situación. Esto es bastante inquietante. Decía hace poco Bill Gates que en diez años el 90 por ciento de los empleos no necesitarán a un ser humano.

Todos los errores generacionales tienen que ver con el afán de ganar pasta"

P.Una convicción que se suele decir: el trabajo dignifica. ¿Esto es así?

R.Creo que sí, si es un trabajo que te gusta. Pero hay una frase mucho peor que esa. Me refiero a cuando dicen que el dinero no da la felicidad. Esa frase sólo la puede decir un hijo de puta que llega muy bien a fin de mes. Cuando no llegas a final de mes por supuesto que el dinero da la felicidad. Lo que creo que dignifica es tener una pasión. Si no tienes una pasión, estás perdido. A mis hijos les digo que tienen que tener una pasión. Me da igual que sea dibujar, el rugby, cocinar o la ornitología. Porque cuando tienes una pasión, y las cosas no van bien, da todo un poco igual. Tú te metes en esa cueva y estás a salvo. Tener una pasión te salva la vida.

P.¿Qué ha cambiado en Pedro Simón en estos diez años?

R.Aunque no lo quiera, seguramente me he hecho más cínico. Seguramente, aunque no quiera, me he hecho más descreído. Seguramente, aunque no quiera, estoy más sombrío que luminoso. Pero, bueno, procuro arrimarme a gente que tiene que ver con la verdad. Porque la verdad y la belleza siempre están muy juntas. Por muy dura que sea la verdad.

P.¿Qué le hubiese gustado ser a usted, si no hubiese sido periodista y escritor?

R.Me cuesta mucho contestarte a esto. Pero de pequeño quería ser o torero o papa de Roma. Afortunadamente me dio por escribir. Si no, imagínate la que habríamos liado.

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