"El de copylove es un concepto que estamos definiendo en el propio proceso de construcción del festival -señala Sofía Coca, del equipo de Zemos98, sobre la XIV edición del encuentro, con fecha de celebración entre el 11 y el 15 del próximo mes de abril-. Cuando le pusimos como subtítulo Procomún, amor y remezcla, lo que de alguna manera estábamos queriendo reflejar era cómo en los procesos de gestión de recursos comunes la parte afectiva, la que tiene que ver con la reciprocidad, es un elemento fundamental para que una comunidad pueda ser productiva y gestione bien esos recursos".

En torno a esta política de los afectos articula este año su oferta el veterano certamen audiovisual, transmutado hace tiempo en un espacio de reflexión sobre prácticas y usos culturales -en especial, los creados y divulgados en el ámbito de internet- que trasciende con mucho la mera propuesta de proyecciones y conciertos al uso.

"Quizás la primera palabra que haya que explicar bien sea procomún -matiza Pedro Jiménez, otro de los integrantes de Zemos98-. A diferencia del dominio público, no es algo gestionado por el Estado, sino por la comunidad, por la ciudadanía. Sin comunidad que gestione ese procomún, éste no existe como tal. En la teoría económica se dice que tiene que existir una comunidad para gestionar el procomún, pero no se dice nada de cómo debe ser esa comunidad. Así que lo que investigamos es cómo se gestionan los recursos, tanto materiales como inmateriales, de manera comunitaria".

Ésa es la base las Residencias Copylove (en la imagen de arriba), el apartado teórico del festival, que ya ha reunido en una primera fase a diversos integrantes de comunidades locales -de la Cooperativa Tramallol al sello discográfico El Rancho-, y que, tras una segunda etapa durante el mes en curso, mostrará sus conclusiones en la nueva edición de Zemos98.

Una edición, por cierto, centrada en la gestión de los recursos comunitarios justo cuando los destinados a la cultura desde la administración menguan sin aparente solución. "El discurso político está poniendo los números en el centro y eliminando del debate la vida, el conocimiento, la cultura, el ocio... -reflexiona Jiménez-. Parece que lo único que necesitamos es dinero. Dinero, dinero, dinero... Pero la cuestión de cómo afrontar la disminución de los recursos públicos destinados a la cultura no es tan problemática como el hecho de que no se sepá qué es lo que se quiere hacer con el presupuesto que hay. Ése es el problema. No es cuestión de que sea más o menos dinero, sino de cómo se distribuye".

Así, en esta edición, con un presupuesto aún no consolidado de 100.000 euros, apenas la mitad que en otras ocasiones, esa mencionada política de afectos se constituye en un elemento clave para sacar adelante el festival. "El entramado de nuestra comunidad está nutriendo este año de manera decisiva el contenido del festival", señala Coca respecto al juego de alianzas con otras asociacones y colectivos. Por ejemplo, el de músicos Fundación Robo, que ofrecerá un concierto el sábado 14 en el Teatro Alameda. "Nuestro público no observa y se va, sino que deja su sedimento", añade.

Conciertos domésticos y propuestas escénicas

El cartel de la XIV edición de Zemos98 -que en su constatación gráfica, obra de Pablo Vallejo, rinde un divertido y cariñoso homenaje a las madres de los integrantes del colectivo-, vuelve a hacer este año de la necesidad virtud -los recortes no son nuevos- poniendo el acento musical en sus denominados conciertos domésticos, actuaciones en locales reducidos, todavía por anunciar, que en esta ocasión estarán protagonizados por Lorena Álvarez y su Banda Municipal (en la imagen de arriba), Le Parody y Arponera. Las tres formaciones comparten, además de la fecha de sus conciertos (el domingo 15), el hecho de publicar sus trabajos con licencias Creative Commons, las cuales permiten y facilitan su libre circulación y divulgación.

También con licencias CC trabajan los componentes de Fundación Robo, un colectivo de músicos dispares -entre ellos, Nacho Vegas, Fernando Alfaro y Albert Pla- nacido al amparo del movimiento 15-M y volcado en el empeño de dotar de contenido político al pop español. Su concierto, el sábado 14 en el Teatro Alameda, guarda una sorpresa que en Zemos98 no quieren desvelar: de entre su nutrido cartel de integrantes, ¿quiénes serán los que suban al escenario?

Menos misteriosa, aunque igualmente atractiva, resulta la propuesta escénica de Fran M.M. Cabeza de Vaca, Todos caníbales (jueves 12 en el Centro de las Artes de Sevilla), voluntariosamente definida en la web del encuentro como un cruce entre ópera contemporánea, música electroacústica, improvisación vocal, action painting y spoken word. Llamativo resulta a su vez Pixel contra pixel contra boca (en el CAS el miércoles 11), propuesta escénica de Bulos y Tanguerías (Santiago Barber y Raúl Cantizano) y Niño de Elche que convierte a Francis Bacon en un cantaor flamenco. A estos actos, todos con entrada libre hasta completar aforo, excepto el concierto de Fundación Robo, con la entrada a 5 euros, se suman las habituale sesiones de proyecciones del festival.

Zemos98 se celebra del 11 al 15 de abril en diversos espacios de la ciudad.