Andanzas de unos días. Antonio Mairena. Peña Amigos del Flamenco / Ayuntamiento de Cáceres

Los discos, que es lo más interesante de esta edición, recogen el homenaje que se le tributó al cantaor de los Alcores en el Teatro Principal de Zamora el 22 de noviembre del año 1980. Como apunta Federico Vázquez en el texto de presentación, el cantaor volvía con este acto a los escenarios tras una larga ausencia. En el mismo, hubo un recital de Curro Mairena, cuyos cantes se recogen también en uno de los discos, así como una charla a cargo de Paco Vallecillo y poemas y presentaciones a cargo de Waldo Santos y Federico Vázquez. Todo ello está contenido en esta grabación, incluyendo, ¿cómo no?, los cantes del maestro Mairena, así como las explicaciones de los cantes y el diálogo del maestro con su público. Como suele ser habitual en los inéditos que están apareciendo en los últimos años de Antonio Mairena, el maestro de los Alcores se muestra portentoso, intratable, en el cante por soleá. Con el toque delicado, sutil, corto y maestro de Parrilla evocando a los clásicos. Se le nota su larga ausencia de los escenarios y la situación de enfermedad que atravesaba en el momento en el que hizo el recital: con la voz rozada, rota, Mairena se va creciendo de una copla a otra de la soleá, arrojándose de pleno en el cante, mostrándose así humano y, por tanto, todavía más emocionante de lo que en él solía ser habitual: "Quiéreme como te quiero/ y luego me verás morir/ como a Cristo en el madero". Otra soleá para la historia. Un Mairena inédito, por tanto, ya que, como saben todos ustedes, el cantaor de los Alcores cuidaba hasta los últimos detalles de sus discos de estudio, lo que los hacía fríos en exceso, si bien técnicamente impecables. Aquí tenemos la cara más caliente, más humana, el Mairena íntimo y directo, dolorido, esencial.

También se ofrecen en este disco los cantes que llevó a cabo Curro Mairena en un estilo más vísceral, más anárquico, que su hermano, por soleá por bulerías y por seguiriyas.

Investigador también como cantaor (sobre todo como cantaor), en el directo se olvida Mairena del estudioso para dejar plena libertad al artista creador. Se ha hablado mucho de los valores pedagógicos de la obra de Mairena, pero el mejor legado del cantaor, con ser grande el de configurar el canon de los estilos por seguiriya y soleá, así como el de los palos afines, es su capacidad para emocionar al oyente. Y eso es lomejor que nos ofrecen sus registros en vivo, más en un ámbito íntimo como el presente. La variedad melódica y lírica del de Mairena no tiene parangón la historia de este arte. Mairena es el paradigma contemporáneo de cantaor apolíneo que en el pasado representaran cantaores no gitanos como Silverio Franconetti o AntonioChacón. Por eso su triunfo es consecuencia de una larga batalla: la gloria le llegó en sus dos últimas décadas de vida, de la misma manera que necesita casi veinte minutos de soleá para rendirnos. Eso sí, irremisiblemente y como pocos puedan hacerlo.

No obstante, una vez terminada la serie, el cantaor no puede reprimir el darnos una interpretación histórico-estética de la misma. El disco da fe también de la sensibilidad y la austeridad, muy alejada del virtuosismo frenético propio de la guitarra de entonces, de Parrilla, con un acompañamiento, seguro, sobrio, que aporta color y mesura, íntima brillantez y devoción por el cante.