Cultura

La última reina de Hollywood

  • Elizabeth Taylor deja tras de sí una carrera con más de 50 películas, entre ellas grandes clásicos como 'Cleopatra' o 'La gata sobre el tejado de zinc'.

Elizabeth Rosemond Taylor, uno de los grandes mitos de Hollywood, protagonizó más de cincuenta películas y obtuvo dos Oscar, además de recibir en 1992 el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su lucha contra el sida.

Liz Taylor, que en 1973 visitó el Festival de cine de San Sebastián, nació el 27 de febrero de 1932 en Londres, debido a una estancia temporal en la capital británica de sus padres, ambos estadounidenses.

Fue a su regreso a California, a causa del estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando debutó en el cine a los 7 años con Hombre o ratón, a la que siguió, tres años más tarde, Lassie y, a continuación, su secuela El coraje de Lassie.

Pero fue Fuego de juventud (1944), junto a Mickey Rooney, la que hizo de ella una estrella infantil y en la que comenzó a destacar su indiscutible belleza y el maravilloso violeta de sus ojos.

Su enorme éxito la convirtió en uno de los personajes más populares y su vida personal fue un capítulo más de una carrera profesional llena de éxitos como Cynthia (1947), Mujercitas (1949) o El padre de la novia (1950), junto a Spencer Tracy y dirigida por Vincente Minnelli.

Con tan solo 18 años, se casó con Conrad Nicholas Hilton, hijo del fundador de la cadena hotelera Hilton. Una unión que apenas duraría un año y que fue la primera de una lista de ocho matrimonios.

Al éxito de El padre de la novia le siguió Un lugar en el sol (1951), Ivanhoe (1952) o La senda de los elefantes (1954).

Entre medias llegaría su segundo marido, el actor británico Michael Wilding, con quien se casó en 1952, tuvo dos hijos - Michael y Christopher- y de quien se separó en 1957.

Apenas un año antes se había estrenado una de las películas clave de su filmografía, Gigante, dirigida por George Stevens y en la que coincidió con James Dean y Rock Hudson, que se convertiría en uno de sus mejores amigos.

En 1957 protagonizó otro de los títulos más importantes de su carrera, El árbol de la vida (1957), con el que consiguió su primera nominación al Oscar, que repetiría en 1958 por uno de sus papeles más celebrados, el de Maggie en La gata sobre el tejado de zinc, frente a Paul Newman.

Un año de éxito profesional y de drama en lo personal, con la muerte en accidente aéreo de su tercer marido, el productor de cine Mike Todd, con quien se había casado apenas un año antes y con quien había tenido a su hija Lizza.

Siguiente película, De repente, el último verano (1959), y nueva nominación fallida. Tendría que llegar el dramón de Una mujer marcada (1960) para que Taylor se llevara el premio en el cuarto intento consecutivo.

Y tras el Oscar, se embarcó en una película que se convertiría en mítica no sólo por su enorme presupuesto -ella cobró un millón de dólares de los de entonces- y por sus enormes problemas de producción, sino porque allí conocería al gran amor de su vida, como ella misma reconoció.

Richard Burton era Marco Antonio y Liz Taylor Cleopatra en la película de Joseph Leo Mankiewicz que supondría el inicio de una tormentosa y apasionada historia de amor que les llevaría a casarse dos veces (1966-1974 y 1975-76), a tener una hija -María- y a mantener una relación cercana que sólo se interrumpiría con la muerte del actor galés en 1984.

Su segundo Oscar llegó con ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), de Mike Nichols en su quinta y última nominación al Oscar.

Posteriormente trabajó en filmes como La mujer indomable (1967), de Franco Zefirelli; Reflejos en un ojo dorado (1967), de John Huston; el Pacto con el diablo (1972) de Peter Ustinov, y la superproducción El pájaro azul (1976), de George Cukor.

Ese año contrajo matrimonio con el congresista John Warner, unión que duraría hasta 1982. En aquella época se centró en el teatro y se presentó en Broadway con The little foxes.

A partir de los ochenta hizo escasas colaboraciones artísticas. Las últimas fueron para El espejo roto (1980), de Guy Hamilton; Il Giovane Toscani (1988), de Zefirelli; y como suegra de Pedro Picapiedra en la versión de imagen real de Los Picapiedra (1994) de Brian Levant.

Con múltiples problemas de salud -agravados por su adicción a las drogas y al alcohol- Taylor fue hospitalizada en numerosas ocasiones por problemas de espalda, operada de cadera, de un tumor cerebral benigno en 1997 y de válvulas coronarias en 2009.

Su último ingreso fue el pasado 11 de febrero en el centro Cedars-Sinai de Los Ángeles por problemas cardíacos.

Tras dejar el cine, se dedicó a tareas humanitarias y, a raíz de la muerte de su íntimo amigo Rock Hudson de sida, se volcó en la búsqueda de fondos para combatir esta enfermedad.

Una labor por la que fue premiada por la Fundación Onassis en 1988 y en 1992 con el Príncipe de Asturias de la Concordia, en representación de la Fundación Americana de Investigación sobre el sida.

Su último matrimonio fue en 1991 con Larry Fortensky, del que se divorció en 1996.

Uno de sus últimos actos públicos fue el cierre de la ceremonia de los Globos de Oro en 2001 y ni siquiera la muerte de su adorado Michael Jackson la hizo salir de su retiro.

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