Bailarín, coreógrafo y artista plástico, los trabajos de Rachid Ouramdane giran siempre en torno a la esencia del ser humano: su fuerza y su fragilidad, su humanidad y su barbarie...

Su primera visita a Sevilla, a este mismo teatro Central, donde estará hoy y mañana, la hizo con Les mortes pudiques, un conmovedor solo en el que el creador se embarcaba en un viaje por internet en busca de referencias sobre la muerte. Luego vendrían Cover en 2007, Loin (sobre la tortura de su padre, recluta argelino del ejército francés) en 2008 y Des témoins oridinaires (una pieza para cinco bailarines sobre la tortura) en 2010.

Ahora, en medio de una apretada agenda que lo está llevando a grandes proyectos, como la coreografía realizada para el Ballet de la Ópera de Lyon, con 16 bailarines, regresa al Central con Tordre, una pieza que Manuel LLanes, coordinador de programación del teatro, define como "una gran obra y un auténtico regalo del coreógrafo a las dos bailarinas que lo interpretan y de éstas al coreógrafo".

Ouramdane, que no baila desde el pasado mes de junio, afirma por su parte que Tordre es una vuelta a la danza más íntima, pues lo que le interesaba aquí era "hacer un retrato de dos mujeres que yo conozco muy bien porque he trabajado con ellas anteriormente y que son muy diferentes entre sí". Éstas son la bailarina de origen estadounidense Annie Hanauer y la lituana Lora Juodkaite; en palabras del creador, "las dos son extraordinarias; poseen una especie de fragilidad que expresan con sencillez y con pudor, creando una poesía extraña en el escenario. Annie tiene una sencillez y una presencia maravillosa y Lora, que ya vino en 2010, lleva toda su vida girando. Desde pequeña, girar se convirtió para ella en un modo de calmarse. Yo trabajo mucho sobre lo no dicho y quería que, de modo natural, estas dos bailarinas dejaran en el escenario sus propios testimonios. Creo que nuestra complicidad nos ha permitido compartir todo esto con el público".

Tordre estará en el gran escenario del Central hoy y mañana, pero mañana sábado (y el domingo), en la Sala B del mismo teatro de la Cartuja, se podrá ver otra valiosa propuesta de la polifacética Claudia Faci, que ha contado con la asistencia de la sevillana Paloma Díaz para adaptar un texto de August Strindberg (1849-1912) calificado por éste mismo como una "tragicomedia en un acto y en prosa".

Faci, que no ha parado de trabajar desde que estrenara en 2008 Agnés, sobre la obra de la fiósofa y poeta Chantal Maillard, ha firmado en los últimos años tres piezas que constituyen que ella ha denominado Trilogía del Desastre.

A-creedores, que se estrenó el pasado mes de octubre en el Festival Temporada Alta de Girona, cuenta también con un equipo de intérpretes tan completos como Pablo Messiez, actor, dramaturgo y profesor, y Fernanda Orazi, que en otras ocasiones ha sido dirigida por su compañero Pablo Messiez. Según Faci, "la pieza funciona casi como un juego del que conocemos las reglas, pero cada representación será única e irrepetible porque, al igual que los personajes, desconocemos cuál va a ser el resultado de cada partida".