Un viaje sensorial al corazón de la Roma imperial

Eclipso trae a Sevilla una nueva aventura interactiva con realidad virtual que permite explorar mercados, monumentos y espectáculos del Coliseo desde dentro

El Titanic renace en Sevilla: una experiencia inmersiva que une historia, tecnología y emoción

Recreación de lo que pueden ver los visitantes entre los personajes en el Coliseo.
Recreación de lo que pueden ver los visitantes entre los personajes en el Coliseo. / M. G.

Sevilla vuelve a convertirse en puerta de entrada a otros mundos. Esta vez, de la mano de Eclipso Immersive Entertainment, los visitantes se sumergen en una experiencia de realidad virtual que los transporta directamente a la Roma imperial, con un destino tan emblemático como sobrecogedor: el Coliseo romano.

Imaginar caminar por las calles de la antigua Roma, sentir el rugido del anfiteatro más célebre de la historia y vivir la emoción de sus espectáculos ya no es un sueño lejano. Tras su exitoso estreno con Titanic, Eclipso, referente mundial en experiencias inmersivas con presencia en ciudades como Nueva York, París o Londres, presenta en Sevilla su nueva creación. Coliseo, el mítico escenario es una producción que combina historia, emoción y tecnología para transformar por completo la manera de aprender y disfrutar la cultura.

Creada en colaboración con el galardonado estudio Small Creative, esta aventura propone un trayecto de 35 minutos que sumerge al público en una recreación fotorrealista de la ciudad eterna. El viaje comienza mirando un cielo estrellado que da paso a una panorámica monumental de Roma. Desde las alturas, la capital del imperio romano se despliega en todo su esplendor, revelando su grandeza urbana y arquitectónica. Es el primer impacto: una ventana aérea que permite contemplar la magnitud de la civilización romana antes de descender a sus entrañas.

Cayo es el niño que guía el recorrido inmersivo por mercados y monumentos.
Cayo es el niño que guía el recorrido inmersivo por mercados y monumentos. / M. G.

El guía involuntario del recorrido es Cayo, un joven romano que conduce a los visitantes a través de calles, plazas, mercados y monumentos icónicos. Con él se avanza hasta que, casi sin darse cuenta, aparece la imponente silueta del Coliseo. La narrativa da entonces un giro. Ya no se es un espectador, sino parte activa del escenario.

El recorrido atraviesa el Hipogeo del anfiteatro, los pasillos húmedos por los que transitaban gladiadores, animales y condenados antes del espectáculo. Y de pronto, la luz. El visitante aparece en el centro mismo de la arena, compartiendo espacio con quienes luchaban por la gloria y la supervivencia. Aquí emerge la figura de Flamma, uno de los gladiadores más célebres, cuya historia sirve de hilo conductor para vivir la tensión de un combate. En un momento dado, el participante se descubre vestido como uno de ellos, empuñando escudo y espada, mientras una multitud virtual de 80.000 espectadores ruge desde las gradas. La experiencia evita el impacto violento. Los gladiadores derrotados se desvanecen en destellos dorados, un guiño elegante al honor y al espíritu del espectáculo romano.

Espectadores con las gafas de realidad virtual con las que se vive la experiencia.
Espectadores con las gafas de realidad virtual con las que se vive la experiencia. / M. G.

La experiencia, notablemente más interactiva que la anterior entrega dedicada a Titanic, permite manipular objetos históricos: estatuillas que representaban los premios de los gladiadores, piezas de entrenamiento, antorchas y herramientas que formaban parte del día a día en la ludus, la escuela de lucha. La inmersión se extiende incluso a un mercado romano donde los productos expuestos reaccionan al contacto del visitante, reforzando la sensación de haber atravesado, literalmente, un portal temporal.

El recorrido alcanza su punto culminante cuando el visitante accede a la grada del propio emperador, desde donde puede contemplar el espectáculo con la misma perspectiva que los poderosos de la época. Una mirada privilegiada que completa un viaje sensorial, histórico y tecnológico que promete dejar huella en todos quienes lo viven.

Gracias a su innovador sistema de realidad virtual de libre movimiento, la experiencia permite caminar, explorar e interactuar con total libertad, incrementando la sensación de presencia hasta convertir a cada participante en un auténtico ciudadano romano.

Más que una simple recreación histórica, los escenarios están diseñados para equilibrar entretenimiento y aprendizaje. La propuesta invita a descubrir la vida cotidiana, la jerarquía social y los ritos del Imperio Romano desde dentro, convirtiéndose en una opción ideal para familias, curiosos de la cultura, amantes de la historia y quienes desean experimentar por primera vez el potencial de la realidad virtual de manera inmersiva y memorable.

Con esta propuesta, Eclipso no sólo recrea Roma: la revive. Y Sevilla, por un instante, se convierte en la antesala de un imperio que sigue despertando fascinación siglos después.

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