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Cultura

La voz de Huelva

  • La discográfica Universal pone en circulación una antología de los dos discos que el cantaor Paco Toronjo registró para el sello Philips en los años setenta

La discográfica Universal publica una selección de los dos discos que Paco Toronjo registró (1975 y 1979) para la antigua Philips. Esto es una gran noticia, ya que la obra grabada por este artista es hoy prácticamente inencontrable. No obstante, los responsables de esta edición han cometido un error de bulto. Si en ediciones de otros intérpretes se olvidaron de etiquetar el género de los cantes, en este caso este fallo, que vuelve a repetirse, se torna verdaderamente dramático. Y es que Paco Toronjo no grabó en su vida más que sevillanas y fandangos (y, esporádicamente, cantes de trilla y malagueñas del Mellizo). Este disco sólo incluye fandangos. Así que es clave la adscripción de cada uno a su enclave geográfico o su compositor. Por ejemplo, la obra se abre con el fandango cané del Alosno y sigue con los de Rebollo. A continuación desgrana Toronjo los estilos de Juana María, Almonaster, El Cerro, Huelva, etc. Si el oyente no iniciado escucha el disco va a encontrar una serie sucesiva de fandangos indiscriminados. Los créditos del disco tampoco dan cuenta de la excelente guitarra, que es la del gran tocaor, fallecido hace dos años, Ramón de Algeciras.

Ha sido el último gran creador del fandango onubense, Paco Toronjo, el último cantaor de Huelva de dimensiones míticas. Como afirma el texto que acompaña a esta edición, que es de José Manuel Gamboa, aunque tampoco aparece firmado, después de Paco Toronjo ya no se canta por Huelva sino por Toronjo. Tal ha sido la dimensión del cantaor. Además, como afirma Gamboa, logró situar al fandango onubense en el centro de la jondura que le negaban algunos a este palo en el pasado. Como los grandes de su tierra, hizo del fandango, en este caso el de su pueblo el Alosno, aunque interpretado a su forma personal, su baza artística. Francisco Toronjo Arreciado nació en 1928 y se inició como niño prodigo en Huelva. Formó dúo con su hermano Pepe (Lepe, 1930 - Alosno, 1982) y pronto se erigieron en los reyes del fandango de su tierra (interpretaban también sevillanas) en los tablaos madrileños y en los teatros de toda España. Su discografía es muy extensa, tanto como dúo, primero, como en solitario. Antonio González Merchante El Raya, biógrafo del cantaor, afirma que Toronjo hizo grande el fandango de Alosno, "le dio una expresión personalísima, solemnizó su aire y lo enriqueció de rasgos y quiebros de grandeza". Entre los datos biográficos que aportó El Raya destacamos, por ejemplo, que Paco no fue reconocido por su padre, por lo que llevaba el apellido, real y artístico, de su madre; que de niño se dedicó al cuidado de cerdos y a la agricultura.

Después de la mili, Paco se metió a minero y empezó a participar en los primeros concursos de fandangos obteniendo algunos premios. Formando dúo con Pepe logró sus primeros contratos en las ferias de la comarca. Fue Pulpón, el empresario sevillano, el que descubriría al dúo y los ficharía para lanzarlos por todo lo alto. Primero en los tablaos de Sevilla y luego en los de Madrid. Su primer disco es de 1959. En los sesenta Paco se separa de su hermano Pepe y en los años setenta regresó a los tablaos sevillanos, singularmente a La Trocha, local en el que permaneció hasta el cierre del mismo.

Murió en 1998 después de los numerosos homenajes que recibió en la última etapa de su vida. Además de los fandangos, Toronjo interpretó y grabó malagueñas de Enrique el Mellizo, un cante que se adecua a las mil maravillas a sus condiciones cantaoras con un estilo verdaderamente sentimental, sevillanas o cantes de trilla. Paco Toronjo dotó al fandango de Huelva de una visceralidad radical, una rabia en la que volcó su peripecia vital. Una voz rota y muy sentimental, a flor de piel. Además, acarreó hasta su fandango elementos de otros estilos graves como la seguiriya, con cuya salía introducía en ocasiones los cantes de Alosno. Saura contó con él para sus dos principales filmes sobre el flamenco. En Sevillanas (1992), solemne, pletórico, recrea la melodía y el pausado ritmo ternario, el mismo de su fandango querido, épico e histórico tanto por el contenido como por las formas. Y en Flamenco (1995), en la cálida luz de atardecer, con un Paco maestro de ceremonias, patriarca, anfitrión mayor en la mesa del fandango, director de orquesta del estilo cané, desgranando dos cantes alosneros cortados a cuchillo, filosos, hirientes, de melodía corta y abrumadora.

Este disco es un testimonio excepcional de su grandeza cantaora.

Paco Toronjo. Grabaciones de los años 1975 y 1979.

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