Xavier Rudd: “Incluso en medio de la dificultad se puede celebrar la vida”

XAVIER RUDD | Músico

El músico australiano presentará su nuevo disco, ‘Where To Now’, en la sala Pandora, en el marco del Festival Insólito, con un directo que combina emoción, diversidad y compromiso vital

Nace Insólito en Sevilla, "un festival de invierno en una ciudad sin invierno"

Xavier Rudd
Xavier Rudd

El cantautor australiano Xavier Rudd lleva más de dos décadas tendiendo puentes entre el folk, el rock, el reggae y las sonoridades indígenas de su tierra natal. Conocido por su capacidad de convertirse en una orquesta de un solo hombre y por un discurso artístico en el que la espiritualidad y el respeto a la naturaleza ocupan un lugar central, Rudd ha girado por todo el planeta y ha hecho de cada concierto una experiencia vibrante y compartida. Mañana será el turno de Sevilla; actuará, acompañado por la también multinstrumentista Lisa Purmodh, en la sala Pandora, dentro del Festival Insólito, en lo que supondrá su primer concierto en la ciudad.

Pregunta.-¿Conoce Sevilla? Es una ciudad con una tradición musical muy rica y una profunda cultura espiritual. ¿Qué espera de este concierto y de la respuesta del público?

Respuesta.-Será mi primera vez en Sevilla, y eso siempre despierta un sentimiento especial de curiosidad mezclada con respeto. Me hace ilusión llegar, caminar por sus calles, sentir la energía de la ciudad y, sobre todo, encontrarme con su gente. Cada concierto es un encuentro, un intercambio de culturas y emociones, y me motiva la idea de compartir mi música con quienes la escucharán por primera vez. La música, para mí, es un lenguaje universal, pero cada público le da su propio acento y su propio latido. Estoy ansioso por descubrir cuál será el de Sevilla.

P.-Ha tocado en grandes festivales y en escenarios muy íntimos. Aquí actuará en una sala con capacidad para 1.500 personas. ¿En qué entorno siente que su música se muestra más auténtica?

R.-Disfruto de todos los escenarios de maneras distintas. En un festival grande, la energía es expansiva, casi salvaje, y te conecta con muchas emociones compartidas. Pero hay algo profundamente especial en los espacios más pequeños, donde puedes sentir los detalles, ver las expresiones de la gente, escuchar sus respiraciones y reacciones. Esta sala va a ser un lugar donde cada nota puede sentirse y cada silencio puede resonar. Allí puedo tocar de manera íntima y, al mismo tiempo, recibir la respuesta de todos a la vez; es un equilibrio perfecto entre cercanía y amplitud.

Xavier Rudd
Xavier Rudd / Mikey Conlon

P.-Salir de gira puede chocar a veces con sus valores medioambientales. ¿Ha encontrado maneras de equilibrar esos dos mundos?

R.-No, realmente no. La vida en la carretera es intensa, constante y a menudo contrasta con la calma y el cuidado que intento mantener en casa. No tengo soluciones definitivas; simplemente trato de ser consciente, de minimizar impactos cuando puedo, de viajar con respeto y de recordar que la música que comparto también puede ser una forma de conciencia. Cada gira es un aprendizaje sobre cómo moverse en el mundo sin perder el hilo de lo que valoras.

P.-Ha mencionado usted en alguna ocasión que la infraestructura de la industria musical en materia de sostenibilidad es deficiente. Si pudiera implementar una norma verde obligatoria para todas las giras del mundo, ¿cuál sería?

R.-Lo lamento, no tengo la solución completa. Lo que sí sé es que cada paso cuenta; desde la manera en que se transporta el equipo, hasta cómo se gestionan los residuos o se apoyan iniciativas locales. Creo que el cambio debe ser colectivo, una suma de decisiones pequeñas y conscientes. Pero por ahora, la pregunta me recuerda que la conciencia es el primer paso, y la acción viene después.

P.-Habla de la tierra y el espíritu como inseparables. ¿Ha visitado lugares durante sus giras donde sintiera que la tierra misma le enseñaba algo nuevo?

R.-Sí, he estado en muchos lugares poderosos de este planeta. Cada sitio tiene una energía única que te habla de maneras inesperadas. He tenido la bendición de tocar música en bosques, playas, montañas, y he notado influencias claras de esos sitios de distintas maneras; siempre hay algo que absorbes, que transforma la música y la forma en que la sientes. Es como si cada tierra dejara una impronta, un pequeño regalo que se convierte en influencia. Esa conexión demuestra que la música no es solo arte, sino un diálogo constante con el mundo que nos rodea.

Cada concierto es un encuentro, un intercambio de culturas y emociones"

P.-Su montaje en directo es como una orquesta de un solo hombre. ¿Hay algún instrumento con el que tenga una relación particularmente intensa, uno que parezca tener vida propia durante el concierto?

R.-Sí, el Yidaki. Puede reaccionar de manera distinta según el lugar, el clima, la humedad, incluso el momento del día. Es un instrumento vivo, y la mayoría de mis instrumentos son artesanales, lo que los hace sensibles, casi como si respiraran conmigo. Cada concierto es un baile entre mis manos y los instrumentos, y a veces siento que ellos también toman decisiones, que me guían y me sorprenden.

P.-Hablemos de su nuevo EP, Where To Now. En el tema que le da título habla usted de su enfermedad y dice: Y aquí estoy, con el cáncer en la sangre. Y siento que es hora de desconectar. Y necesito un lugar para apartarme. ¿Cómo concilia esa reflexión con el hecho de que se ha embarcado en una gira europea tan grande en los próximos meses?

R.-Es un equilibrio constante. Por un lado, está la vulnerabilidad y el reconocimiento de los límites; por otro, la gratitud y el deseo de compartir lo que tengo. Trato de mantenerme positivo, de encontrar alegría y significado en cada momento, y de ser honesto con mi música. Incluso en medio de la dificultad, se puede celebrar la vida.

P.-En otra canción, Shake It, dice: Olvida la mierda de tu vida y baila. Emma Goldman dijo: Si no puedo bailar, no es mi revolución. ¿Está de acuerdo con ella?

R.-Sí, absolutamente. La danza y la música son expresiones de libertad y de resistencia. Bailar es una forma de afirmarse, de conectar con la alegría, incluso en medio de la adversidad. La música es un vehículo para recordar que, por muy compleja que sea la vida, siempre hay espacio para moverse, para respirar, para celebrar.

Aprender a aceptar la vulnerabilidad como parte de la fuerza ha sido uno de los aprendizajes más grandes"

P.-Recientemente ha fusionado lo acústico con lo electrónico. ¿Hay algún género o sonido completamente inesperado que aún no haya probado pero que le intrigue explorar? ¿Synth-wave? ¿Hip-hop?

R.-No planifico realmente mi música. Simplemente fluye de la manera en que sale. Estoy abierto a todos los géneros, a todos los sonidos. Cada viaje, cada encuentro, cada espacio me inspira a probar algo nuevo. Esa curiosidad es parte del motor de mi creatividad; me mantiene vivo y sorprendido; la música es infinita.

P.-Echando la vista atrás, ¿siente que sus discos son capítulos de una larga historia, o más bien postales de distintas vidas?

R.-Esa es una buena pregunta. Diría que son postales de distintos momentos. Cada disco es un reflejo de un instante, de un lugar, de una emoción, como una fotografía sonora. No siempre hay una narrativa lineal, pero juntas forman un mapa de quién soy y de cómo he evolucionado.

P.-Sus canciones contienen tanto historias personales como verdades universales. ¿Cómo decide qué es demasiado personal para compartir y qué está destinado a salir al mundo?

R.-No lo decido de manera consciente. Mi música es honesta y surge de lo que siento en el momento. Nunca he pensado realmente en cómo sería recibida por los demás. Con lo que comparto trato de mantenerme fiel al espíritu que se mueve a través de mí.

Xavier Rudd
Xavier Rudd / Mikey Conlon

P.-Su diagnóstico de linfoma debió de ser un momento de profunda reevaluación. ¿Cambió su manera de escuchar música, no solo de crearla?

R.-Sí, me ha hecho más consciente, más agradecido. Cada nota, cada armonía, se percibe con una intensidad distinta. La música se vuelve un refugio, un espejo, y ha reforzado mi aprecio por cada instante y por la vida misma.

P.-La música suele sanar a quienes la escuchan; ¿le ha sanado a usted de formas que no esperaba en esa etapa de su vida?

R.-Sí, la música puede ser muy sanadora para diferentes personas y cada historia es única. Es un poco difícil ser específico en relación con mi vida. Obviamente, la música es una parte inmensa de ella.

P.-¿Cómo ha cambiado en los últimos meses su comprensión de la fuerza, y quizás también de la vulnerabilidad que antes mencionaba?

R.-Las estaciones vienen y van, y el tiempo siempre cambia. Ninguna es igual a otra, y nosotros tampoco. Aprender a aceptar la vulnerabilidad como parte de la fuerza ha sido uno de los aprendizajes más grandes. Evolucionamos constantemente, y eso es, en sí mismo, un acto de valentía.

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