TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

11:50. Cuatro días de ausencia. He disfrutado de un ERDE: Extraordinario Relax y Descanso del Españolazo. Qué chisposo. La desconexión ha sido absoluta, igual que el calor dominical. Vaya temperatura. El lunes nos ha dado una tregua para no asfixiarnos y el viento ha echado una mano para aliviar el sofoco. Me han dado calabazas mi peluquero de toda la vida y un fisioterapeuta que debía llamarme pero ya si eso otro día. Ha sido una mañana productiva y en compañía. "Juanito", ha dicho Peris al salir del ascensor con el mismo tono que utilizan sus imitadores cuando suelta lo de "Amigo". Ha pedido a un figura como yo que le resolviera unos asuntos informáticos en su ordenador y yo, muy diligente, le he respondido: "He visto al informático abajo". "Y yo, Juanito, yo también lo he visto". (Luis Carlos, esto es una recreación de la charla, que veo que me regañas mañana por no ser fiel a la verdad).

16:23. Tras dividirme las tareas con Camero, que sale más en este blog que cualquier otro compañero (ya mismo será padre y no será citado), empiezo a agobiarme porque un pajarito (un informático, vaya) me ha comentado que el lunes empieza a desescalarse (¡Puag! Asco de verbo) esto y vendrán unos cuantos aquí de forma paulatina, con unas estrictas medidas sanitarias para que nadie se ponga malito: distancia de seguridad, más gel destrozapiel, guantes que impiden escribir, uno solo en el ascensor y, cómo no, lavarse las manos. Esto último lo ha dicho tantas veces Pedro Sánchez que llegué a dudar de si era mi abuelo disfrazado de presidente del Gobierno y echándome la bronca antes de almorzar. Ha sido su medida estrella, sin duda. Lo mismo la copió de la película 'Contagio'. Ya sé que he llegado tarde, pero la vi el viernes o el sábado y cómo lo clava Soderbergh. Esta puñetera pandemia es digna de un guión de película.

21:15. Me han cambiado la calle Rioja y ahora es la Quinta Avenida. Yo la dejé mustia la semana pasada, con algunos niños en bici y los padres vigilando. Hoy era una feria esto, pero todos en orden. Miraras a derecha o a izquierda, había andarines por todos lados. Qué gozada ver a gente en la rúa (calle de la Rúa es un pleonasmo en pleno centro de Salamanca) más inhóspita de Sevilla. Aquí te plantas un 15 de julio o un 12 de agosto entre las tres de la tarde y las diez de la noche y no ves pasar ni a un beduino. Encima, con la arboleda que tenemos. En mi afición por fisgonear he visto a algunos que se miraban mucho a los escaparates de las tiendas para ver si iban guapos y con todo en su sitio. En la redacción ocurre igual. En los ventanales o en alguna cristalera más amplia se miran de arriba abajo unos cuantos: "Vaya garbo", pensarán. ¿Garbo? En el ascensor de cristales he pillado a más de uno echándose flores a sí mismo en el espejito. Somos taaaaan ridículos cuando creemos que nadie nos ve. En los otros ascensores, con mucha menos pompa, el único que puede guiñarse el ojo en el espejo soy yo, anda que no. Porque esta a más de 1,90 metros de altura. Ay, pobres bajitos. To be continued...

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