Fantasías animadas de ayer y hoy

Hasta Butragueño, prudente él, inyectó presión al estamento arbitral cuando el sábado se consumó el segundo empate consecutivo del Real Madrid en el Santiago Bernabéu. La estrategia que aireó Florentino Pérez en El Larguero de la SER el jueves ya hace capilaridad por los numerosos cauces afines a la causa merengue; mientras en el otro extremo del puente aéreo el Barcelona, al que no le pitan un penalti en contra desde el 14 de febrero de 2016 ante el Celta, se cuida de elevar también sus vehementes quejas. Fantasías animadas de ayer y hoy...

Uno ve el reglamento a la carta de Sergio Ramos, que de nuevo se encaramó en el defensor del Levante con impunidad antes del empate de Lucas Vázquez, o ve más tarde cómo al asistente se le nubla la vista ante el fulgor de Messi en su flagrante fuera de juego, e inevitablemente repara en ese pernicioso discurso de Javier Tebas recordando a todo el que quiera oírlo que los dos gigantes son los motores que tiran del fútbol español y que por ellos sí saca las uñas ante el PSG, el City o el que haga falta.

Si el presidente de la patronal, que es el que con más celo debe respetar el principio de igualdad en el balompié español, justifica esa competición de dos marchas, cómo no van a radicalizar su sectarismo los acorazados mediáticos afines al blanco o los que todo lo ven desde el prisma azulgrana.

Ahora vuelve la Champions. Un más de lo mismo. En la quinta jornada, el Real Madrid visita al APOEL y el Sevilla recibe al Liverpool. Antena 3 ya ha adelantado que dará el duelo en Chipre.

Quienes quieran ver a los sevillistas tendrán que contratar una de las plataformas de pago. Yo la tengo para ver el fútbol, las series o buen cine. Pero también para sucumbir gustoso a los deseos de mi hija y, cuando los informativos dan a cucharones ese fútbol de dos marchas, sintonizar Clan, Boing o Disney Channel. Fantasías animadas de ayer y hoy...