LA VENTANA
Luis Carlos Peris
Y aparecerá el invierno
AMANECE el día más corto del año y, por ende, el de la noche más larga. A las tres y tres minutos de esta tarde entra el invierno para lo que gusten mandar. Es el solsticio de invierno, nombrecito que ya le quiso adjudicar a la Navidad un mandarín con clara vocación laicista. Se acaba el otoño, esa estación tan dentro del anonimato para vates de toda laya y también la que dura lo que tarda en llegar el invierno (Sabina dixit). Dicen los que saben que se espera que la tónica de calentamiento ascendente no se detenga y que tendremos un invierno más cálido que el pasado y más frío que el venidero. Festividad del neerlandés San Pedro Canisio, este domingo penúltimo de diciembre es la fecha en que se desbocan más ilusiones a rebufo de qué será lo que canten los Niños de San Ildefonso. Víspera de mucho y ojalá que no sea día de nada, pero la cruda realidad nos desvela que entra hoy el invierno, nada más y nada menos.
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