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Crónica de un día

Fran Barquilla

fbarquilla@grupojoly.com

Rusia no es Putin

Las voces en contra del mandatario ruso son más respetables si se alzan a las puertas del Kremlin

A medida que crece el cerco sobre ciudades como Kiev o Jarkov y la problación civil se agazapa en los improvisados refugios anti bombas, crecen las sanciones y las reacciones, casi unánimes, de rechazo, protesta e impotencia ante el ataque ruso.

Voces que se alzan bajo el paraguas que otorga la democracia, fuertes y con gran repercusión en los medios, pero con mucho menos valor que las que se levantan en el inmenso reino de Putin. Allí la cosa cambia. Si rechistas te detienen. Más de 3.000 personas han sido retenidas por la policía por manifestarse en Rusia en contra de la invasión de Ucrania.

Personas que en el país agresor muestran su descontento incluso abandonando sus puestos de trabajo, como la de la directora del teatro Yelena Kovalskaya, que incluso se despide en sus redes sociales calificando a Putin de "asesino".

El rapero ruso Oxxxymiron, uno de los que cuenta con más seguidores en Rusia, ha cancelado seis conciertos con todos vendido: "No puedo entretenerte cuando los misiles rusos caen sobre Ucrania, cuando los habitantes de Kiev se ven obligados a esconderse en los sótanos y en el metro, mientras la gente muere", sentenciaba el cantante.

Escuchaba hoy a una bailarina española que se disponía a abandonar Rusia ante el bloqueo del espacio aéreo que le impide competir y le pones trabas a su desarrollo profesional, que, con lágrimas en los ojos, defendía a los rusos que están en contra de esta barbarie megalómana que nos presenta el 'bueno' de Vladimir

Rusia no es Putin. En ese inmenso país cuesta elevar la voz en contra de la línea oficial, pero hay quien lo hace con más sentido y más mérito que nadie.

Entre la guerra, la crisis del PP, sí, hoy hubo discurso de despedida de Pablo Casado: "Creo que no me lo merecía", y los coletazos de la sexta ola de la covid que sigue en retirada: se aprobó el fin de la cuarentena incluso para los que no tengan la pauta de vacunación completa y Andalucía puso fecha al fin de las mascarillas en las clases, pasó más desapercibido que se aprobó en Consejo de Ministros el real decreto de enseñanzas mínimas de Educación Primaria.

A grandes rasgos: incluye la asignatura de Valores Cívicos y Éticos (60 horas en quinto o sexto, las comunidades deciden), solo permite repetir una vez y no habrá notas sino suspenso o aprobado.

Vamos que la ideología coge fuerza, la promoción es prácticamente automática sin tener en cuenta y nos cargamos los exámenes no sea que los pequeños de nos traumaticen, vuelta a los ciclos para que nadie se quede demasiado atrás. ¡Ah! y la religión se cae del currículum sin que se incluya una alternativa.

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