Crónica de un día

Fran Barquilla

fbarquilla@grupojoly.com

Las mascarillas de Schrödinger

La necesidad de usar las mascarillas en exteriores son como el gato de Schrödinger, pueden existir en dos estados al mismo tiempo

Invocando la paradoja más famosa y archiconocida de la física cuántica, la necesidad de usar las mascarillas en exteriores son como el gato de Schrödinger, pueden existir en dos estados a la vez.

Recordemos. Faltaban pocos días para las fiestas de Navidad, toda Europa estaba con los números de casos de covid disparados por efecto de la variante ómicron y los gobiernos europeos ya habían tomado ciento y una medidas para tratar de contener los contagios.

En España... bueno, aquí se reunieron Gobierno y comunidades y de aquel encuentro en la cumbre salió la obligatoriedad de llevar mascarilla en el exterior si no se podía mantener la distancia interpersonal. Era más que suficiente para detener al virus, otra vez.

El resultado ya lo conocemos: la sexta ola (seis, que se dice pronto) de la que ahora comenzamos a descender, desde una altura que las otras cinco ni soñaron con alcanzar, al menos en cuanto a número de contagiados se refiere.

Y llegamos a esta semana en la que la ministra de Sanidad, Carolina Darias presenta en el Congreso la convalidación del Real Decreto-Ley que recoge la obligatoriedad del uso de las mascarillas por el gran incremento de casos durante la sexta ola de la pandemia del covid y el viernes informa de que en el próximo Consejo de Ministros se aprobará la eliminación de su uso en exteriores.

Vamos a un ejemplo más cercano. Consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, martes 2 de febrero: "El Gobierno central dirá lo que tenga que decir. Si me piden mi opinión nosotros recomendamos el uso de mascarilla en el exterior".

Misma persona, viernes 7 de febrero: "en la última reunión del Consejo Interterritorial ya trasladamos que el Gobierno andaluz no estaba a favor de la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores".

Es imposible saber el estado de la cuestión, como le pasaba al gato del experimento, que estaba vivo y muerto al mismo tiempo.

Pero la diferencia aquí es que Schröringer era un científico serio, un experto en mecánica cuántica, y precisamente los científicos serios de nuestros días son los que catalogaron la norma de innecesaria, ineficaz e inútil.

Esos mismos científicos a los que durante seis olas (seis, que se dice pronto) han criticado y puesto en tela de juicio las decisiones y normas que han dictado nuestros políticos, llevándonos al hartazgo e incluso en algunos casos alimentando el negacionismo.

Con esta pandemia estamos viviendo una paradoja constante. ¿Recordamos el "hemos vencido al virus"? (junio de 2020) o el "España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado", o el esperan que "no haya transmisión local y en ese caso sería muy limitada y muy controlada" (enero de 2020).

Sólo los políticos son capaces de vivir tranquilos pensando que el gato está vivo y muerto al mismo tiempo.

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