En lugar de un banco para charlar con los vecinos, Oseluí Sanz podría haber llevado un sombrilla. En la ciudad necesitada de sombra hubiera tenido más impacto departir con los votantes con una sombrilla de quita y pon que previamente hubiera instalado el asesor o ayudante de turno. Zoido llevó un taburete, ¿recuerdan? Y Oseluí está empleando un banco. Demasiados parecidos. O no, que diría Rajoy. El caso es que la Sevilla de 2023 no es la de 2011. Ni en el PP hay libreta azul. Pero es cierto que hay cosas que recuerdan mucho, muchísimo, a las de no hace tanto tiempo. No solo los rostros, que ya dice mi Juan (Espadas) que en el PP se presentan los mismos. Alguno hay que ha tomado posesión de concejal tantas veces que puede montar una sucursal de Cordonería Alba con tantas medallas. Estoy deseando ver qué hace Oseluí el día de reflexión. ¿Un paseo en barquita por la ría de la Plaza de España como hizo Juan Ignacio? Ya lo hemos visto haciendo una paella, hemos leído los reportajes familiares, las fotos del perro (guau), el vídeo en la moto... Pero nada de la sombrilla, cuando hubiera sido el símbolo de la Sevilla que pretendemos hacer verdaderamente habitable. Una sombrilla frente a la Sevilla de los proyectos efímeros de los Grammy, los MTV, Christian Dior, las finales de fútbol, etcétera. Basta comprobar la sombrilla que se le pone a los agentes de la Policía Local apostados varias horas en puntos claves. Si sabrá Muñoz que la sombra es importante que las velas del centro han estado colocadas antes que nunca. ¡Es la sombra, no el banco, señores del PP! Pero se han quedado en lo de siempre. El candidato que más innova es el de Ciudadanos con su cartelería digital y sus lemas de toda la vida: Rebélate, vota Aumesquet. ¡Óle! Recuerda a la entrañable publicidad de los guantes Pino que eran y son “divinos”.

Calor en la Avenida de la Constitución.

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